Moratalla
La Sociedad Lírico-Dramática y el primer teatro de Moratalla
A mediados del siglo XVIII existía un hospital bajo la advocación de San Camilo (en la plaza de Santa Lucía) que decidió dedicar una de sus dependencias a teatro con el loable y práctico fin de recaudar fondos para su mantenimiento. Al cabo de los años, concretamente con el siglo XIX bien avanzado, el poder político intervino en algunos aspectos de su funcionamiento regulando, por ejemplo en 1861, dónde se podía fumar o no (nunca en el salón de butacas), se prohibía proferir expresiones poco decentes o hacer ruidos durante la función, quedando obligados los espectadores a permanecer sentados y descubiertos bajo pena de expulsión del teatro.
Contaba Alfredo Rubio, historiador moratallero que en 1863 la población andaba muy animada porque había nacido la Sociedad Lírico-Dramática local al amparo de una gran afición y dispuesta con entusiasmo a representar dramas, comedias y zarzuelas, comprometiéndose además a destinar la recaudación para el mejor lucimiento de las fiestas del Santo Cristo del Rayo. No debe extrañar tan pía orientación teniendo en cuenta que entre los catorce miembros de la Sociedad se contaban los Mayordomos del Santo. Estaba presidida por Isidoro Tamaño y contaba con siete mujeres que colaboraban a la puesta en escena de las obras. Como anécdota curiosa de aquellas primeras representaciones en el teatro local, hace constar la enorme popularidad que adquirieron las improvisaciones chistosas y festivas de los actores, conocidas como ¿bomba¿.
En 1882 el ayuntamiento presupuestó la construcción de un teatro que sólo dos años después, en abril de 1884, perdía la cubierta por hundimiento. Afortunadamente, el maestro de obras Sr. Cerveto, ya se había percatado del peligro y se habían suspendido las funciones. Como es de suponer, todos los problemas técnicos se fueron superando y el teatro volvió a funcionar con normalidad, prueba de ello es que años después, para mayo de 1899 actuaban sobre su escenario dos compañías de aficionados, una infantil de canto y baile, y otra dramática compuesta por jóvenes de la localidad. Ambas obtuvieron un gran éxito de público.
Los días dedicados a las fiestas patronales se llenaban con misas, verbenas y toros aunque también el teatro hacía acto de presencia algún día. Sirva de ejemplo la programación festera de 1901 en la que se incluyó teatro al aire libre, o la de 1907 con la visita de una compañía de títeres y otra de zarzuela que, por cierto, también actuaron al aire libre debido al estado ruinoso del edificio dedicado a coliseo. En 1901 tuvieron que hacerlo en la plaza de toros portátil, tras la actuación de las niñas toreras. En esa ocasión se trataba de una compañía lírico-dramática dirigida por Manuel Benito y Francisco Torrent. Desde 1909 el Salón del Círculo Obrero se brindó también para la representación de ciertas obras.
Nace el Teatro Trieta
Este teatro, conocido como de San Camilo, pasó a denominarse Estrella Gil en 1916, pero en 1910 el edificio en el que se hallaba amenazaba ruina, por lo que después de muchas idas y venidas, César Alfredo Marcos, a la sazón alcalde en 1912 y hombre culto y sensible para estas cosas, dio al tema un ultimo empujón y se concluyeron las obras de restauración. La cubierta del teatro, columnas y balaustradas fueron encargadas a la casa de fundición Peña, de Murcia; las butacas nuevas se compraron en 1916 y fue precisamente en esos meses cuanto tomó el nombre de Estrella Gil, una actriz moratallera (casada con el barítono Enrique Beut) que debutaba en el Teatro Apolo de Valencia con el papel de Mimi en ¿La Boheme¿ y después vendría a su pueblo para actuar. También fue este alcalde quien impulsó los Juegos Florales en Moratalla. En este teatro se instaló una máquina de cine mudo en 1922 que fue sustituida por el sonoro en septiembre de 1933.
De la dramaturgia local hay que destacar una obra de corte histórico titulada ¿El Consejo de los Diez¿ y escrita por Aurora Sánchez Aroca que se estrenó en 1929. En esos momentos el empresario del teatro era Ventura Gómez que además de teatro proyectaba cine. Al finalizar la Guerra Civil el teatro local pasó a denominarse Trieta, el supuesto nombre de Moratalla en época romana.