Biografía
Jesús Buendía no recuerda el día que empezó a caminar, era muy pequeño, probablemente ni siquiera había cumplido un año. Tampoco recuerda cuál fue su primer juguete o su primer balón de fútbol, pero a pesar de ya han pasado algunos años, todavía no ha conseguido olvidarse de su primera bicicleta. “Fue una motoreta de esas de paseo que, curiosamente, aún hoy sigue dando vueltas por mi casa ya que es la que tiene mi hermano pequeño”, recuerda. Después de esta primera toma de contacto con el mundo del ciclismo vendría otra más seria que llegó de la mano de su primera bicicleta de carretera “Era una Orbea de segunda mano que me compró mi padre cuando yo tenía once años”, explica. Con ella, poco a poco, fue dejando de lado el fútbol y dedicando más horas a las bici “ Empecé saliendo por las tardes con los chicos de mi clase y a partir de ese momento me picó el gusanillo del ciclismo y aquí sigo”, comenta.
Sus primeros kilómetros en bici
De ese “aquí sigo” es muy culpable su padre, ya que a medida que Jesús iba haciendo kilómetros sobre la bici, sus compañeros de viaje iban quedándose atrás, por lo que tuvo que ser el patriarca de los Buendía el que acompañase a su hijo en sus primeros entrenamientos “Mi padre es el principal culpable de que yo sea ciclista y también es la persona que más me ha apoyado siempre”, afirma.
El siguiente paso fue federarse y, con doce años, Jesús pasó a formar parte de la Peña Ciclista Muleña, en la categoría de escuelas. A pesar de que han pasado bastantes años tampoco olvida su primera carrera “Fue en Beniel en el año 1995 y yo era infantil de primer año. Estaba muy nervioso y recuerdo que en esa primera carrera sufrí muchísimo y terminé con un dolor de piernas increíble”, un dolor que lejos de desanimarle le sirvió para seguir con más fuerza durante toda la temporada, aunque lo cierto es que los triunfos no llegaron. Tampoco consiguió subir a lo más alto del podium en su segunda temporada en escuelas y así llegó su primer año en la categoría de cadete y en las filas del Colchón Comodón. “Todo el mundo comentaba lo mucho que se nota el paso de escuelas a cadetes, así que yo iba dispuesto a sufrir mucho en esta categoría y con esa mentalidad me presenté en la salida de la primera carrera de la temporada. Fue en Santomera y la verdad es que se me dio tan bien que allí conseguí mi primera victoria”, explica. Una victoria que se había hecho esperar dos años y que tuvo una dedicación muy especial “Se la dediqué a mi madre, que en esos momentos estaba embarazada de mi hermano”. A partir de ahí Jesús no se ha bajado del podium y en todas las temporadas que han venido después ha conseguido alguna victoria que ha tenido que pelear con ciclistas de la talla de Pedro Luis Castillo o Luis León “Mi principal rival siempre ha sido Pedro Luis Castillo, si había diez carreras él ganaba cinco y yo otras cinco, también andaba por ahí dando guerra Álvaro Noguera. Luego León y Luis León también eran de los que destacaban mucho pero ellos corrían en mi equipo y por tanto eran compañeros y no rivales”, comenta.
Del Colchón Comodón al 3Molinos Resort Murcia Turística
De aquellos primeros años Jesús recuerda con especial cariño las risas en los entrenamientos con los hermanos León y el buen ambiente que se respiraba en su equipo, el Colchón Comodón, en el que además de las dos temporadas de cadetes estuvo también en las dos siguientes de juveniles, en 1999 bajo las órdenes de Domingo Muñoz y en 2000 de Pedro León.
Su siguiente equipo, en la categoría de amateur fue el Ávila Rojas en el que estuvo durante las temporadas 2001 y 2002 para pasar en 2003 al Kelme-Costa Blanca de Paco Moya. Este año fue clave es su trayectoria como ciclista ya que consiguió ganar la general de la Ruta del Vino y esta victoria le sirvió para convencerse a sí mismo de que el ciclismo profesional más que un sueño comenzaba a ser una realidad. Sin embargo, 2004 y 2005 fueron años muy duros para él y la idea del abandono estuvo rondando su cabeza “Esos dos años estuvieron llenos de lesiones y caídas y me desanimé bastante, pero mis padres, mi novia y Domingo Muñoz me apoyaron muchísimo y si no llega a ser por esas cuatro personas, no estaría aquí” comenta.
Pero, el esfuerzo y el sacrifico de once temporadas subido en una bicicleta al final dieron sus frutos y Jesús Buendía recibió una llamada en la que se le comunicaba que el nuevo equipo de la Región de Murcia, el 3 Molinos Resort Murcia Turística, tenía un hueco en sus filas para él.
Jesús lleva cuatro años seguidos consiguiendo victorias y hay un refrán que dice que “No hay quinto malo”, si esto se cumple, en 2006 conseguirá estrenar su palmarés y dedicarle la victoria a su amigo León. Cosas de la vida, la primera victoria tuvo como destinatario a alguien que estaba a punto de llegar al mundo y la siguiente será para un amigo que se acaba de marchar.
De momento, la vida sigue y aquella motoreta que sirvió a Jesús Buendía para aprender a montar en bici, aún sigue rodando por la casa con su hermano pequeño como piloto, que igual, algún día, decide seguir los pasos del hermano mayor.