Gastronomía
Actualmente, en España, la miel prácticamente no se utiliza en la cocina salvo para elaborar determinados dulces y pasteles o para endulzar determinadas bebidas o infusiones, sobre todo entre aquellas personas más sensibilizadas con el consumo de productos naturales y conocedores de las excelentes propiedades nutritivas de éste alimento.
Sin embargo, la miel, o mejor las mieles, en sus distintas variedades, principalmente de azahar, romero, tomillo o milflores en la mediterránea Región de Murcia, pueden aportar a algunos de nuestros platos ese contrapunto dulce que potencia los sabores salados o matiza los agrios y amargos.
La miel de azahar se produce en primavera y es de color claro, con ligera tonalidad amarillenta al cristalizar. Cuando solidifica, su consistencia es pastosa, su grano fino y transparente y su aroma es característico a flores de azahar -debido mayoritariamente al compuesto denominado antralinato de metilo-.
La miel de romero posee un aroma suave y coloración clara, aunque se torna blanca cuando cristaliza. Se produce a finales del invierno o a principios de la primavera cuando la floración del romero es suficiente, lo que no sucede todos los años.
La miel de tomillo es de color ámbar claro o ámbar, su aroma es intenso a flores y su sabor persistente, pudiendo dejar un ligero picor en la garganta.
Por último, la miel milflores, como su propio nombre indica está elaborada por las abejas a partir de muchas y distintas flores, por lo que sus características organolépticas varían enormemente de unas a otras.