Las tierras de Valencia y Murcia, cansadas del poder y la dominación almorávide, de sus reformas fiscales y religiosas acaban independizándose a finales de octubre del año 1145 bajo elo mando de Abd al-Raman ben Yyad (Abeniyad), oficial del ejercito al que todos seguian por sus cualidades.
Se decía de él que sus plegarias eran únicas, con fuerza interior. Hombre compasivo y de buenos sentimientos, con lagrima fácil ante el amor y la amistad.
Al tiémpo era un guerrero fuerte, de un empuje temido por los cristianos que de él decían al verle 'He ahí a Ben Yyad, he ahí a cien jinetes'. Así, su fuerza como guerrero y su fuerza interior sirvieron para dominar nuestras tierras e impedir los avances del enemigo los veintidós meses que goebrnó. A su muerte le sucedió ibn Mardenis, el rey Lobo.