Francisco de los Cobos y Molina Úbeda (Jaén) 1477-1547
Un buen político andaluz
Francisco de los Cobos y Molina nació en Úbeda (Jaén) en 1477, en el seno de una familia noble. Su padre, Diego de los Cobos, había sido regidor de la ciudad, y participó en la campaña final de la guerra de Granada. Su madre fue Catalina de Molina.
Desde muy joven su tío, Diego Vela, contador y secretario de la Reina Isabel, le ayudaría ofreciéndole un trabajo en su gabinete, y le enseñaría la rutina de la administración oficial, hasta que en 1503 sería nombrado escribano de cámara, su primer empleo en el círculo oficial de la corte.
En 1516 marchó a Flandes a defender la corona española.
Su prestigio dentro de la sociedad de la época se incrementaría entre este año y 1519 al ser nombrado secretario del Rey y Caballero de la Orden Militar de Santiago. En 1522, formando parte del consejo de su majestad, se casaría con doña María de Mendoza, hija de los Condes de Rivadavia. El esposo contaba con más de cuarenta años, su mujer catorce.
Un apoyo indispensable para Carlos I
Durante los últimos años de la década de los 20 del siglo XVI Francisco de los Cobos y Molina llegó a ser un apoyo indispensable para el rey Carlos I, se convertiría en el responsable de los asuntos castellanos en la corte, y además en pieza clave para la política financiera del imperio español.
Los primeros años de la década de los 30 de los Cobos, junto a Granvella, fue la mano derecha del rey, acompañándole en todos sus desplazamientos y asesorándole en las negociaciones diplomáticas.
En esta década de los 30 también dedicó tiempo para ampliar su patrimonio personal, consiguiendo para su persona y sus herederos el nombramiento de Adelantado de Cazorla y las villas de Sabiote, Torres y Canena.
En el marco económico, fue pionero en la explotación minera en territorio español y obtendría los yacimientos mineros de los términos de Vera, Azuaga, Toledo, Navarra, Cartagena y Lorca.
El nacimiento de Alumbres
En 1534 el rey Carlos I le concedió la explotación de las minas de la zona cartagenera que en la actualidad se conoce como diputación de Alumbres. En una Real Cédula otorgada en Madrid el 24 de diciembre del año 1534 se le concedía el derecho de explotar las alumbres del Obispado de Cartagena, y la potestad de transferirsela a sus hijos en herencia.
De esta forma, y gracias al trabajo en las minas, se crearía una pequeña población cercana a los yacimientos en la que vivirían los trabajadores.
Nacimiento de Alumbres, la primera población
En un primer momento los mineros fueron musulmanes, pero pronto la demanda se multiplicaría y sería necesario un número superior de trabajadores. Francisco de los Cobos solicitó a Carlos I un poblado de cristianos viejos para hacer frente a las labores de las minas, pero la zona aún era muy inestable y prácticamente nadie estaba dispuesto a vivir en tierras que sufrían el azote de los corsarios berberiscos.
Para facilitar la llegada de pobladores, de los Cobos también pidió al rey que se eximiera a los nuevos habitantes de la zona de algunos impuestos reales, al igual que sucedía con los Alumbres Viejos (Mazarrón) y Almería. Mediante una Real Cédula, del 8 de enero de 1535, "los alumbres del Obispado de Cartagena quedaban libres del pago de Alcabala, Almojarifazgo y otros derechos, y mandó que se construyera población para explotar los mineros de alumbre..."
Pero poco después de obtener importantes ingresos con la explotación de las minas, se percató del creciente interés que tenían el II Marqués de Villena y Duque de Escalona y el II Marqués de los Vélez por acaparar estas industrias. En el siglo XV, durante el reinado de Enrique IV, se le había concedido a estos marquesados todo el alumbre descubierto y por descubrir en las tierras del reino de Murcia.
En un período de casi 5 años Francisco de los Cobos renunciaría a todas sus posesiones en Alumbres, aunque los pleitos por las tierras con los herederos de las tres familias (Pacheco y Marquesado de Villena, Fajardo y Marquesado de los Vélez, y de los Cobos) no cesaría hasta el año 1581.
Sus últimos años: entre la realeza
Durante los últimos años de su vida Francisco de los Cobos, habiendo representado un apoyo tan importante para Carlos I, pasaría a desempeñar el cargo de Consejero de Felipe II.
Moriría en mayo del año 1547, y sería enterrado en la Iglesia del Salvador de Úbeda, construida por Pedro Vandelvira y que de los Cobos había fundado. Sus restos descansarían junto a los de su esposa Doña María Mendoza bajo el lema de la capilla "Fides Labor et solertis haec et maione donan" (La fe, el trabajo, y la diligencia dan estas y mayores cosas).