Antonio García y García (Bullas 1880 – Valladolid 1953) comenzó sus estudios eclesiásticos en 1892 a la edad de 12 años en el Seminario Conciliar de Murcia. Cuatro años después fue designado, dadas sus dotes intelectuales y morales, como alumno oficial de la Diócesis de Cartagena en el Colegio Español de San José en Roma.
Obtuvo la Licenciatura en Sagrada Escritura y el título de Doctor en Derecho Canónico en 1903, en la Gregoriana de Roma. Fue ordenado presbítero en 1904 con 24 años. Al año siguiente se doctoró en Filosofía, también en Roma.
Volvió ya sacerdote a la Diócesis de Cartagena, y fue profesor en el Seminario de San Fulgencio de Murcia entre 1907 y 1913. En este año obtuvo la dignidad de Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral de Málaga donde residió hasta julio de 1919. En 1923 fue nombrado Vicario General de Madrid, pero su delicada salud le aconsejó regresar a su Cabildo de Málaga. En 1929 fue nombrado Obispo de Tuy. De su actuación como Pastor de su primera Diócesis, cabe destacar su Carta Pastoral de 1931 sobre la obligación de los católicos de emitir su voto en las elecciones. En 1932 se da el nombre de Obispo García García a las Escuelas Graduadas de niños de Bullas.
En 1938 fue nombrado Arzobispo de Valladolid.
Nunca estuvo ausente de los múltiples problemas que tenía su población natal. De hecho se esforzó por recuperar el Asilo de Ancianos, que había dejado de funcionar en 1940, y que fue reconvertido por las Religiosas del Amor de Dios en un Centro de Enseñanza, intercediendo de manera personal en la búsqueda de un nuevo edificio para el colegio, también regalo a su pueblo la actual imagen de la Patrona de Bullas, Nuestra Señora Virgen del Rosario y se preocupó por la creación de un nuevo retablo para la patrona. Asimismo defendió el desvío de la carretera de Alcantarilla a Caravaca de la Cruz, a su paso por Bullas, etc.