Es el edificio más eminente y señero de la ciudad. Emplazado en lo alto de la colina que protege a Mula de los vientos del norte, debe su construcción al encono que una parte significativa de la oligarquía muleña (hidalgos y pecheros ricos, sobre todo) mantuvo con el linaje Fajardo a lo largo de toda la Edad Moderna, aunque su momento álgido fueron los años finales del siglo XV y los primeros del XVI.

El edificio en sí, al que se llega desde una carretera que lo une con la antigua de Caravaca a Murcia, consta de tres grandes partes: la torre del homenaje, el torreón del aljibe y la gran sala conocida por la "plaza baja".

Hasta la puerta del castillo se accede por un lienzo de muralla musulmán consolidado a comienzos del siglo XVI, que lleva hasta la entrada, encima de la cual hay un matacán que la salvaguarda. Ya en el interior, lo primero que se ve es el pequeño patio que funcionaba como el corazón del baluarte.

La gran nave que se abre enfrente era el estomago del castillo, donde, al amor del fuego de la chimenea que en ella hay, comía y descansaba la guarnición.

Desde este punto se llega a una reja que lleva hacia el subsuelo, hacia las mazmorras, y en dirección a la terraza. Aquí hay una escalera que comunica con el adarve en cuyo extremo se abre un empinado matacán sobre la puerta principal.

A través de un puente de madera que, en origen pudo ser levadizo, se pasa a la torre del homenaje. En el dintel de la puerta se ubicó una lápida donde se lee que la fortaleza fue erigida en tiempos de Carlos V por el Marqués Pedro Fajardo sobre las ruinas de otra levantada en época romana.

La Torre del Homenaje, cuya misión era servir de dormitorio a la guarnición, consta de tres plantas y una terraza que estuvo totalmente almenada. En cada uno de los pisos se ve una chimenea y el inferior, en el ángulo noroeste, hay un agujero en forma de media luna donde embornaba la canal que recogía el agua que llegaba del patio de entrada a través de los muros, canal que vertía en una atarjea que la conducía al aljibe.

Es ésta una pieza situada en el rincón mas defendido del castillo, la torre de levante. Dotada de unos doce metros de profundidad, de los que siete fueron excavados en la roca del monte, tiene sobre ella dos pisos con pequeñas ventanas y, en el superior, se hizo una pequeña poterna por donde la soldadesca podía huir en dirección a la ciudad en caso de peligro. Su capacidad total era de unos ciento veinticinco metros cúbicos.

Fuente:

- Ayuntamiento de Mula. Concejalía de Turismo