Jerónimo Quijano, arquitecto y escultor, nacido en Cantabria hacia 1490 y muerto hacia 1560. Conocido por el Montañés, comenzó colaborando con numerosos canteros de localidades montañesas próximas a Caldas de Besaya, Cantabria. Luego acude a Granada, donde colabora en el retablo de la Capilla Real. En 1524 se traslada a Jaén y allí trabaja en la sillería del coro y en el banco del retablo de la Catedral. En esta ciudad se casa con su primera esposa, Isabel de Mercado. Poco después se trasladan a Murcia, falleciendo su esposa en 1541. Más tarde se vuelve a casar con Francisca de Ontenyente, mujer bien situada, que consolida su posición social. En Murcia trabaja primero a las órdenes de Jacobo Florentín y, cuando éste fallece, es nombrado en su lugar para el cargo de Maestro Mayor de la Diócesis. Quijano concluye numerosas obras iniciadas por el italiano. Como Maestro Mayor realiza en la Catedral: la Capilla de la Encarnación, la Capilla de los Junterones, la portada para la Antesacristía, y el segundo cuerpo de la torre. En la Diócesis ejecuta otros proyectos como son: la cabecera de la iglesia de Santa María de Chinchilla, la portada de la Sacristía y ventanas de la Sala Capitular de Santiago de Villena, además de colaborar en la Colegiata de San Patricio de Lorca (1534), en la iglesia del Salvador de Caravaca (1536), en la de San Juan Bautista de Albacete (1538), la de Santiago de Jumilla y Santiago de Orihuela. También participa en las obras de San Martín de La Jineta (1550), la iglesia de la Concepción de la Orden de San Francisco de Murcia (1549) y posiblemente en la iglesia de Santa Justa y Rufina de Orihuela (1546).
Su obra presenta influencias castellanas y florentinas en el terreno escultórico, e italianas en el arquitectónico. Trabajó sobre todo como arquitecto, dirigiendo obras y diseñando proyectos, aunque también realizó obras de ingeniería como la remodelación del azud de Alguazas y para el plan de riego de aguas en Benablón, Caravaca, en 1553.