Se trata de un edificio construido en el siglo XVII con el fin de albergar la residencia familiar de los Pérez de Meca, importante linaje aristocrático de la ciudad de Lorca.
Durante los siglos XVIII y XIX sufrió importantes modificaciones que lo dotaron del aspecto que hoy podemos contemplar. A mediados del siglo XIX, con motivo de la concesión a su propietario D. Antonio Pérez de Meca del título de Conde de San Julián, el edificio pasó a ser conocido como Palacio de los Condes de San Julián, denominación que ha permanecido hasta el día de hoy.
Sobre la estructura original del siglo XVII se llevaron a cabo importantes remodelaciones, aunque respetando algunos elementos anteriores como los escudos o la portada de acceso.
El edificio, de Estilo Barroco, está compuesto por varios cuerpos dispuestos en sentido horizontal. De los cuales destacan principalmente el gran torreón situado en uno de los extremos de la fachada y una estilizada torre coronada con chapitel.
En el centro de la composición encontramos la portada de acceso, formada por pilastras dóricas con fustes decorados con rombos. Sobre ellas aparece un grueso arquitrabe decorado con triglifos y metopas. Rematando todo el conjunto se sitúa un hermoso escudo nobiliario que representa los apellidos familiares, encontrándose sostenido por dos grandes leones. Junto a él aparecen dos inscripciones, en una se puede leer en números romanos el año en que se llevó a cabo la restauración del edificio. En la otra se puede leer la abreviatura de la leyenda: Ave María Gratia Plena. Este escudo es una copia del original del siglo XVII que se encuentra ubicado en la fachada del gran torreón.
La fachada, muy alterada por las distintas reformas realizadas en el siglo XIX, presenta otras construcciones en Estilo Ecléctico a ambos lados del cuerpo principal del edificio. En ellas los vanos aparecen enmarcados por arcos adovelados de inspiración cordobesa. En el gran torreón estos vanos están enmarcados por arcos lobulados dobles de pequeño tamaño. Las ventanas y balcones de las plantas superiores presentan adintelamiento.
Todo el conjunto queda rematado por una crestería formada por almenas de tipo sirio, similares a las de la Mezquita de Córdoba. Estos elementos decorativos de Estilo Neomudéjar fueron añadidos durante la remodelación que sufrió el Palacio en el año 1928.
En el interior, reformado junto con la fachada en el año 1880, destaca el Salón de Billar, mientras que el exterior contaba con jardines que rodeaban la Casa. En ellos había terrazas y distintos elementos decorativos, como fuentes o grutas, encontrándose hoy integrados en el paisaje urbano. Éstos forman en la actualidad parte de la Plaza de Calderón de la Barca.
En el año 1878, tras suprimirse la fuente que había en la Plaza de Calderón de la Barca, se instaló un grifo de vecindad en la esquina situada junto a la Casa del Conde de San Julián.