El programa decorativo de la villa es uno de los más conocidos en la Región de Murcia, ya que se han conservado la mayor parte de los mosaicos así como parte de la pintura mural que decoraba las paredes.
El atrio estaría decorado por un pavimento de opus tessellatum en blanco y negro con decoración en octógonos secantes y unidos, creando una serie de cuadrados de menor tamaño en sus uniones y hexágonos alargados entre los filetes negros. El impluvium está decorado en su centro con un mosaico que representa un clípeo relleno de triángulos negros decrecientes hacia el centro.
Otra de las estancias, al Sur, está pavimentada con un mosaico en blanco y negro con círculos entrelazados que crean flores de cuatro pétalos. En esta sala, las paredes estuvieron recubiertas por ricos estucos en grandes paneles rectangulares verdes separados por franjas rojas y amarillas en las que se dibujan guirnaldas y frutos, además de pájaros, lo que le convertía en una de las estancias más ricas de la casa. En algunas paredes de otras habitaciones se ha documentado un estuco o revoco de color blanco.
En el mosaico de otra de las estancias aparece una diosa dentro de un círculo recostada sobre una concha sostenida por dos tritones, siendo sobrevolada por dos amorcillos alados que extienden un ancho velo. Este medallón se encuentra dentro de un cuadrado en cuyos ángulos y enmarcados en cuartos de círculos se disponen personificaciones en forma de busto de las cuatro estaciones con sus atributos. En uno de los lados hay un rectángulo con representaciones de cráteras, peces y aves, mientras que en los otros tres había círculos entrelazados. En una última habitación aparece un pavimento decorado con hexágonos además de con unas hojas de acanto muy estilizadas acompañadas por unas hojas de hiedra.