Es de planta de cruz latina, con una nave principal y dos laterales. Cuenta con siete tramos incluido el crucero. A los pies se sitúa el coro alto.
La nave central esta cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos, y las laterales se cubren con bóveda de arista.
El crucero con cúpula sobre pechinas, con tambor y ocho ventanas. Los brazos del crucero tienen la cubierta de bóveda de cañón con lunetos.
La capilla mayor se cubre con medio cañón con lunetos, y la sacristía con bóveda de arista.
La iglesia es de estilo Barroco. Tiene una longitud de 41 metros. Siendo el ancho de la nave principal de 19,6 metros, a los cuales hay que añadir los 8,38 metros que suma el ancho de las laterales.
El interior es más bien sobrio, los muros están enlucidos de blanco, y los elementos arquitectónicos se subrayan en color dorado.
Las naves laterales con capillas hornacinas, pilastras en los machones que separan los tramos y embocadura de las capillas. Las bases de las pilastras cruciformes se rematan con un revestimiento de color rojo marmóreo.
En los capiteles compuestos aparecen símbolos sobre las hojas de acanto, alusivos a la leyenda del titular del templo. (Venera, calabaza, etc).
Destaca la capilla mayor y la capilla del Sacramento aneja que presenta un curioso anillo ondulante de igual factura que el de las iglesia de san Juan y el Carmen.
En el exterior, es de notar la fachada en tres ejes, sin terminar en cuanto a la labra de motivos decorativos.
Según el proyecto primitivo la fachada debía contar con dos torres y estatuas representativas de las virtudes cardinales, pero la obra quedó inacabada parece ser por causa de las diferencias que surgieron entre la dezmería de Lorca y la fábrica parroquial, así como la falta de dinero.
La torre que contemplamos es de la primera mitad del siglo XX, de planta cuadrada.
Llama la atención del exterior, los grandes contrafuertes que se observan conteniendo el muro de las naves laterales.