La actual Plaza de las Flores ha sufrido a lo largo de su historia diversos cambios de nombre. Hasta mediados del siglo XVII existió allí un edificio destinado a la venta de carne, perteneciente al rico hacendado Macías Coque. Alrededor de ese edificio los floristas colocaron sus puestos, con el fin de poder ofrecer sus productos a las personas que se acercaban a Las Carnicerías que allí se encontraban y que daban nombre a la plaza.
A principios del siglo XX, el Ayuntamiento decidió cambiar su nombre por el de Plaza Pedro Díaz Cassou, en honor a este erudito escritor murciano. Aunque, tradicionalmente, el lugar era ya conocido por los ciudadanos como plaza de las flores.
En el año 1893 el arquitecto Pedro Cerdán Martínez lleva a cabo un proyecto para construir en esta plaza un quiosco destinado a la venta de flores y pájaros. Sin embargo, parece ser que la obra no llegó a realizarse.
A lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX se construyeron edificios de viviendas en estilo ecléctico, propio de esta época, de los que todavía se conservan algunos ejemplos.
En el año 1968, el Ayuntamiento decidió llamar definitivamente a la zona Plaza de las Flores, puesto que era el nombre por el que era conocida entre todos los murcianos.
En los últimos años del siglo XX, la plaza se convirtió en zona peatonal, y se llevó a cabo la última reforma.
En la actualidad, en torno a la fuente central se sitúan puestos de flores, comercios, cafeterías, árboles, bancos de madera, farolas, etc., convirtiéndose el lugar en una de las plazas con mayor encanto de la ciudad.