Historia de la Fábrica
La fábrica de conservas La Molinera desapareció a finales del siglo XX. Se trataba de una industria con bastante relevancia económica en la Región de Murcia y en el ámbito nacional. Pero la entrada de España en la Unión Europea y la falta de inversión y de modernización de sus instalaciones desembocó en la quiebra, y posterior desmantelación, de la empresa. Como vestigios de lo que una vez fue una importante industria permanecen una nave fabril y una chimenea, situadas entonces en plena huerta de Murcia y hoy, como consecuencia del desarrollo urbano, en las inmediaciones de la ciudad post industrial.
A principios del siglo XX en Murcia el desarrollo industrial era muy escaso, mientras que Europa había llevado a cabo la Revolución Industrial ya a finales del siglo XVIII. Existían pequeñas fábricas, sobre todo de textiles y de fibras como el esparto, que conservaban la tradición artesanal, contaban con pocos trabajadores y el trabajo se realizaba de forma manual. En este contexto fue la industria conservera la que, durante la década de los años 20, experimentó un auge espectacular.
En 1897 el mallorquín Juan Esteve Canet trajo a Murcia el invento del pastelero francés N. Appert, quien en 1808 había inventado el nuevo sistema de conservación de alimentos. En Alcantarilla fundó la primera fábrica de albaricoque en conserva de la Región, convirtiéndose esta ciudad hasta la actualidad en la cuna de la producción conservera.
Desde allí se extendió por el resto del ámbito regional, situándose siempre en lugares cercanos a los centros de producción de la materia prima. Hay que destacar que la pedanía de la Era Alta, donde años después se situó la fábrica de conservas La Molinera se encuentra a muy pocos kilómetros de Alcantarilla.
Al principio los hojalateros mallorquines se encargaban de la fabricación y sellado de los botes y la producción era enviada posteriormente a Palma para su comercialización. La segunda empresa conservera fue fundada en 1900 con capital extranjero por la firma Champagne Frere Limited. En 1922 apareció Hero-Alcantarilla, la mayor empresa conservera del sector y que continúa su producción en la actualidad, siendo conocida internacionalmente. Desde este momento empezó a aumentar el número de empresas dedicadas a la conserva, entre ellas La Molinera.
Esta industria se caracterizó por el predominio de pequeñas industrias con escasa inversión de capital y muchos riesgos. Por ello en las fábricas había pocas máquinas, ningún técnico especializado y el trabajo era realizado por mano de obra femenina, más barata y hábil.
La marcha de la economía española durante la segunda mitad del siglo XX supuso una etapa de expansión para las empresas más fuertes, pero la apertura de nuevos mercados también supuso la llegada de nuevos productos más baratos y la marcha de las inversiones hacia otras zonas. La gran competencia de los productos del exterior, la falta de modernización de la mayoría de las empresas, y la marcha del capital extranjero supuso la quiebra para muchas de estas empresas, entre ellas La Molinera.