Arquitectura
El Viejo Palacio Episcopal
El viejo Palacio Episcopal estaba ubicado también en la Plaza del Cardenal Belluga, pero situado justamente en el lado opuesto del actual edificio. Con motivo de la construcción de la fachada principal de la Catedral, se planteó la necesidad de crear un espacio abierto ante ella que permitiera una contemplación de la misma en todo su esplendor. Al mismo tiempo, el viejo edificio del Palacio Episcopal sufría numerosas carencias. Por ello, se decidió la construcción de un nuevo inmueble en la zona que antes ocupaba la Casa señorial del Marqués de los Vélez. El verdadero impulsor de esta obra fue el Obispo D. Juan Mateo López. A su muerte, será el nuevo Obispo, D. Diego de Rojas y Contreras el encargado de continuar la construcción.
Comienzo de la Construcción del Actual Inmueble
Las obras se iniciaron en 1749, participando en ellas los maestros Pedro Pagán, José Alcaní, Martín Solera y José López. Siendo este último el que tendrá un mayor protagonismo, ya que además de dirigir la construcción, será autor de los planos y diseños. En el año 1765 el arquitecto italiano Baltasar Canestro llega a Murcia con el fin de tomar la dirección de las obras. Canestro impondrá reformas sobre todo en la disposición de los vanos, quedando concluidas las obras en 1768.
Arquitectura del Actual Inmueble
El edificio del nuevo Palacio Episcopal se articula en torno a una gran patio central de forma cuadrangular.Este patio está recorrido en su parte inferior por arcos de medio punto situados entre pilastras que dan lugar a la existencia de una galería porticada de estilo Barroco.
Sobre éstos descansa un entablamento decorado por triglifos y metopas. En el piso superior también se usaron pilastras con capiteles de orden jónico, y balcones coronados por frontones partidos, en los que se colocaron medallones ovalados con las figuras de los Obispos de la Diócesis sostenidos por niños. A través de la galería porticada se tiene acceso a las demás dependencias. Del patio arranca una gran escalera imperial que conduce al primer piso. En éste se sitúan las dependencias privadas del Obispo y los salones destinados a la actividad pública y diplomática. En este piso también se sitúa la pequeña capilla del Obispo, de planta circular y cuyo presbiterio está colocado en eje con la puerta de acceso. El segundo piso se destina a vivienda para los empleados.
Las fachadas se encuentran ricamente decoradas. Ambas están formadas por tres bandas superpuestas de color rojizo separadas entre sí por molduras. En la fachada principal se dispone una gran portada central cuyo vano está ligeramente abocinado y flanqueado por pilastras jónicas decoradas con emblemas episcopales y escudos circulares en su parte central. Coronando esta portada se encuentra un gran balcón donde el elemento decorativo más destacable es el gran escudo del Obispo Rojas y Contreras.
La fachada posterior también presenta una portada central flanqueada por columnas con fuste estriado, y situada tras una reja. Sobre ella se sitúa un balcón realizado en forja. El conjunto está rematado por el escudo del Obispo D. Juan Mateo López. El Martillo o Mirador del Obispo es una estructura que sobresale del conjunto del edifico a modo de mirador sobre el río. Está realizado en ladrillo cepillado y destaca sobre todo por su galería porticada.