Arquitectura
De planta irregular este Palacio, bastante sencillo en su composición externa, se divide interiormente en dos cuerpos, el derecho se correspondería con el Almudí, mientras el cuerpo izquierdo sería el Pósito de la ciudad.
La austera fachada, proyectada por Pedro del Monte, nos muestra un cuerpo izquierdo realizado en tosco ladrillo visto, del que tan sólo cabe destacar el relieve esculpido en piedra y conocido como “La Matrona del Almudí”- obra de Hernando de Torquemada- que representa a una matrona quitándose a su hijo del pecho, para compartir el alimento con otro niño extraño, alegoría de la caridad y nobleza murciana.
En contraste con esta, la fachada que se corresponde con el Almudí está ejecutada totalmente con sillería y cantería moldurada en jambeados, cornisas, frontones, motivos heráldicos…
El frontón consta de arco abovedado de medio punto, con pilastrones, y dos ventanas enrejadas rectangulares y también adoveladas a los lados.
Destaca el relieve con el escudo de la Ciudad que, bajo el escudo real, se sitúa rompiendo un frontón triangular.
Así pues, mientras esta fachada muestra un aspecto unitario, es en el interior donde podemos apreciar la existencia de grandes diferencias; lo más destacable es que aun siendo de la misma altura, el cuerpo del Pósito posee tres plantas, mientras que el del Almudí cuenta con dos.
El Pósito consta de tres plantas divididas en semisótano, con estructura constituida por seis bóvedas de cañón en ladrillo, perpendiculares a la fachada y empleadas como almacenes en alquiler. Una segunda planta –entresuelo- donde se ubicaban el Peso de la harina y cámaras de almacenamiento, y una última planta que era realmente el depósito de trigo de la ciudad.
El acceso a este cuerpo se realiza desde el Almudí a través de un grueso muro.
El Almudí consta de dos plantas, la baja es un gran zaguán con columnas toscanas, realizadas en piedra de color rojizo, de las cuales se conservan algunas. Sobre estas arcos de medio punto rebajados cubiertos con artesonado de madera.
A ambos lados del vestíbulo se sitúan amplias escaleras que dan acceso a la planta superior, cámara dedicada a sala de armas-durante algún tiempo- y dependencias administrativas.
Al Almudí se accede a través de una puerta de considerables dimensiones, y de otra algo más reducida en su fachada posterior a la Calle Almudí.