Entorno Arquitectónico del Paseo
Este malecón nació por la necesidad de contener las aguas del río, tras las numerosas avenidas que castigaban, desde tiempo atrás, la ciudad de Murcia. Su función original sería la de ser dique ante crecidas del río Segura, crecidas entre las que destacaría, por la tragedia provocada, la conocida como de Santa Teresa, acaecida en 1879 y que determinaría la construcción de una primera obra de ingeniería que, más tarde, se convertiría en toda una obra arquitectónica.
Se trata, en principio, de dos muros paralelos separados, por termino medio, por unos quince metros, entre los cuales se compactó una gran masa de tierra. Muy pronto lo que fue un dique se convirtió en lugar preferido de paseo de los murcianos, lo que originaría un enorme desarrollo del lugar, dotándose de portada, esculturas, rejas, mobiliario, etc., a lo largo de su historia.
Respecto a lo que podríamos considerar su arquitectura, si comenzamos un recorrido del paseo desde su entrada por la ciudad, nos encontramos en la actualidad con un acceso consistente en dos tramos amplios de escaleras con una portada, muy sencilla, realizada en piedra arenisca a base de sillares, tallados y labrados, de diferentes tamaños.
Debemos destacar, que en época barroca se ubico aquí el llamado 'León del Malecón', formado por un alto pedestal sobre el que se alza la figura de dicho animal, cuyo pedestal sustenta el escudo de armas de la ciudad. En la cara principal del pedestal aparece una placa conmemorativa -del siglo XVIII- de la inauguración del muro del Malecón.
Una vez entramos al Malecón observamos que se trata de un largo paseo pavimentado cuyos límites laterales constituyen bancos corridos en los que poder descansar y admirar los hermosos jardines.
Continuando el paseo llegamos a dos puntos que se encuentran aproximadamente a mitad del recorrido. Uno de estos puntos es el conocido como Cruce de las Cuatro Piedras, un carril, típico de la huerta que rodea al paseo, y que supone un corte del mismo. El otro punto destacable es el conocido como La Sartén, una zona donde la anchura del paseo se amplía con respecto a la distancia media que existe durante todo el gran muro.
Al final del paseo, que desde 2008 tiene proyectada una ampliación, nos encontramos con la estatua conmemorativa de José María Muñoz y Bajo de Mendigar, natural de Cáceres, que donó una considerable cantidad de dinero a los murcianos afectados por la riada de Santa Teresa.
Sin embargo, hay que destacar un elemento que, si bien no está ubicado en el paseo en sí, se conserva hasta día de hoy en los jardines del Malecón, y es la portada barroca siglo XVII del 'Huerto de las Bombas'.
En ella encontramos que se inserta aún la tradición renacentista, estructurándose a modo de un gran arco de triunfo de medio punto enmarcado por columnas salomónicas sobre las que corre un arquitrabe en el que campea un escudo central flanqueado por figuras salvajes blandiendo mazas.