Arquitectura del edificio
Aunque la estética del edificio nos remite de entrada a las cerámicas que recubren su fachada, deben quedar señaladas algunas de las características de la distribución de sus ejes y elementos compositivos.
El edificio posee tres plantas y un torreón, del que sólo quedan restos, en la azotea, además de un bajo comercial, construido desde el principio para ser tienda o comercio, que desde hace años es ocupado por un bar. Al exterior las tres plantas se dividen en tres ejes verticales, los laterales componen un cuerpo de miradores superpuestos de madera en el que se pueden observar, entre algunos listones pequeños trozos de cerámica.
El eje central queda libre con balconadas corridas de rejería, es en la fachada de estos balcones donde se sitúan, en su centro, las grandes composiciones cerámicas de Mercurio, en el primer piso, y Minerva en el segundo. A los lados de estas divinidades, mitológicas dos puertas de madera acristaladas, y junto a las puertas más composiciones cerámicas, en esta ocasión se trata de escudos de armas, de la ciudad de Cartagena, de Murcia, de Barcelona y de Manlleu.
El resto de la decoración cerámica, además de detalles florales, incluye los escudos de armas de Cartagena, Murcia, Barcelona y Manlleu, en clara referencia al ámbito nacional y de comercio y acogida de esta familia.
La utilización de cerámica, bien como decoración mural o como elemento decorativo, se extendió durante los siglos florecientes del estilo modernista, especialmente en la Barcelona de Gaudí, verdadero promotor de esta iniciativa ornamental y constructiva La ornamentación de la fachada se completa con la adecuación de los elementos constructivos, las balconadas, por ejemplo, se sostienen sobre unas ménsulas de piedra con motivos vegetales tallados, motivos muy del estilo modernista que se repiten en los dinteles de las puertas o incluso, y ya en otro soporte, en la rejería de los balcones y miradores.
En este edificio de fábrica de ladrillo, se conservan en el ático los restos de una torre que en su día servían al dueño de la casa para divisar otra vivienda familiar, muy conocida, emplazada en el Huerto de las Bolas, en el barrio cartagenero de los Dolores.