Fue construida en el último tercio del siglo XIX por D. Alfonso Chico de Guzmán, como residencia y centro de explotación de un amplio y hoy prestigioso viñedo.
Su estructura recuerda lad e las "villas" italianas de la más pura tradición clásica. Tiene un "cortile", o patio interior, de arcadas con pilares que simulan labor de cantería, que ordena la distribución de las habitaciones en torno a él por medio de un corredor de ventanales acristalados al que se accede por una escalera de amplio diseño.
A este cuerpo central, que alberga una capilla pintada por Menéndez Pidal y las bodegas, se añade un ala hacia poniente de iguales características arquitectónicas.
Todas las fachadas del conjunto son lisas jugando en su composición con bandas de color gris horizontales y verticales. Rodea el edificio una alta tapia con garitas, a modo de muralla.
Cerca de esa finca se levanta una armoniosa edificación que parece concebida para el descanso y el recreo. Destaca en ella una elegante "loggia" diáfana que une dos cuerpos cúbicos. El escaso espacios construido y su orientación a poniente, hacen pensar en una utilización ocasional como cenador, lugar de reunión o pabellón de caza.