Si bien el complejo industrial abarca varias manzanas, en la actualidad sólo puede ser visitado los restos excavados y restaurados en el bajo del Edificio Insignia, en las cercanías del Puerto Deportivo de Mazarrón.
En este yacimiento, que en la actualidad forma parte del Museo Arqueológico de Mazarrón, se conservan varias de las estructuras propias de una fábrica de salazones; había piletas o balsas de gran tamaño, de planta rectangular y de más de dos metros de profundidad, cuyas paredes estaban enlucidas con morteros hidráulicos para evitar filtraciones. En estos tanques se maceraba el pescado con la sal en un proceso que podía durar entre un mes y tres meses. Junto a estas balsas, que ocupan la mayor parte del recinto, había otras de menor profundidad en las que seguramente se depositaba la sal utilizada en el proceso de fabricación.
Se excavó también un pozo de gran profundidad de la que se extraía el agua necesaria y que apareció colmatado con abundantes restos cerámicos y deshechos propios de la limpieza de los pescados (escamas y raspas).
Junto a las estructuras, las diferentes excavaciones realizadas en el yacimiento exhumaron un amplísimo repertorio cerámico, en el que predominan la vajilla de mesa norteafricana (terra sigillata clara D), cerámicas de cocina y sobre todo de almacenamiento, diferentes tipos de ánfora entre los cuales destaca un tipo cerámico llamado spatheion (un ánfora alargada y de reducidas dimensiones fabricada exclusivamente para contener salazones) y del que se recuperaron decenas de piezas prácticamente completas.