El Puerto de Mazarrón fue durante la Antigüedad uno de los puertos más dinámicos del litoral del sudeste peninsular. Aunque su puerto recibía importaciones de todas las partes del Imperio, la principal actividad fue la minería (en los primeros momentos de la dominación romana) y sobre todo la industria pesquera, concretamente durante los siglos IV-V que coincide con el período de esplendor de este centro portuario. Estos dos productos, metales y salazones, fueron el pilar de las exportaciones marítimas desde Puerto de Mazarrón y las que sustentaron el desarrollo económico de este fondeadero marítimo en época republicana y sobre todo durante los últimos siglos de la dominación romana. Fue en esta época cuando el Puerto alcanzó su máximo desarrollo, gracias a la importancia de las actividades pesqueras cuyo testimonio arqueológico más importante es la espectacular Factoría de Salazones de la que parte de sus restos se han conservado en el Museo Arqueológico.
Las diferentes excavaciones de urgencia llevadas a cabo en el Puerto de Mazarrón y sus proximidades han documentado numerosos restos arqueológicos que evidencian que esta localidad fue un importante centro productor de salazones, de los que destacaba la salsa conocida como garum. Junto con el yacimiento de El Castellar (factoría de salazones púnica y romana) los restos conservados en el Edificio Insignia constituyen la industria de salazones de mayor tamaño excavada en la Región de Murcia.