El proyecto de este edificio está ligado al empeño de una persona: Andrés Pedreño, dueño de la fundación Santa Lucía y diputado en las Cortés por Cartagena en 1875.
El encargo recayó en el arquitecto Carlos Mancha que firmó el proyecto en 1872. La construcción del edificio se llevó a cabo en plena revolución cantonal de 1873, movimiento cantonalista extendido y apoyado por la burguesía en regiones de Levante y Andalucía que llegó a forzar la dimisión del gobierno central de Pi i Margall. Pese a las circunstacias de tensión social y política, esta arquitectura vivificó la zona urbana en la que fue construida, recreando una perspectiva que, sin llegar a configurar una plaza por sí misma, supone un punto de referencia importante en la urbe. Tal fue el protagonismo de este edificio que en la visita del recién restaurado rey Alfonso XII a Cartagena en 1875 se engalanó con unas seis mil luces de gas.
La Corporación Municipal de Cartagena intentó comprar este Palacio para convertirlo en Casa Consitorial, pero en 1900 fue adquirida por el Banco de España, que tuvo aquí su sede hasta 1957, momento en el cual pasó a manos de la empresa Campsa.
En 1986 se procedió a la demolición parcial del interior, conservándose la escalera imperial y el Salón de Baile. En 1991 el edificio fue adquirido por Cajamurcia que, actualmente, sitúa en él la sede de su Centro Cultural.