A menos de 400 metros al Noroeste de la villa del Alamillo se localiza los restos de una gran balsa de grandes dimensiones (14,30x12,30 con una altura de 1,35 metros ) que fue excavada en el año 1989 y consolidada y restaurada en los últimos años. La balsa, construida probablemente durante la segunda mitad del siglo I d.C. y con una capacidad superior a los 250 metros cúbicos, cuenta con paredes de gran grosor, casi un metro, y con un revestimiento de opus signinum, un mortero hidráulico que evitaba las filtraciones o pérdidas de agua.
En la esquina Noreste del depósito se conservan aún los restos de un acueducto que canalizaba las aguas al interior de la balsa. El acueducto es más una canalización, parcialmente conservada, cuya base está construida mediante tejas y sus paredes levantadas con hileras de piedra trabadas con mortero de cal. El canal continua en la esquina opuesta de la balsa. Aunque los restos que hoy en día se conservan, en su mayor parte protegidos y cubiertos para evitar su degradación, son escasos, debieron formar parte de una gran obra de casi 5 km de longitud que traía el agua desde un manantial hoy en día seco. Esta canalización se adaptó a las irregularidades de las estribaciones de la Sierra del Algarrobo, acomodándose a su pendiente hasta desaguar en la balsa del Alamillo.