Museo de Bellas Artes

     El Museo de Bellas Artes de Murcia se encuentra dividido en ocho salas y una Logia, repartidas en tres plantas.

PLANTA PRIMERA

Sala I: La pintura de los siglos XV y XVI. El Renacimiento en Murcia

     El Renacimiento es uno de los momentos plásticos más importantes de la Historia del Arte. En Murcia esta corriente artística tiene una importante representación con figuras como Jacobo Florentino y Jerónimo Quijano, y sus influencias italianas y levantinas.

     En esta primera sala destacan las obras del leonardesco Hernando Llano de Almedina, y de Pedro de Orrente, que influido por la pintura veneciana y de los Bassano dará a sus obras ciertos toques del primer barroco.

Sala II: El arte en Murcia durante el siglo XVII

     En Murcia este siglo lo inició en el mundo de la pintura Pedro de Orrente, pero continuó con una notable generación de artistas como Mateo Gilarte, Lorenzo Suárez y Nicolás de Villacís.

     En esta segunda sala se presentan la serie narrativa de Pasajes Evangélicos del obrador de Pedro de Orrente, y el conjunto pictórico que Nicolás de Villacis realizara para el Convento de la Trinidad.

     También destaca en esta sala San Francisco de Borja, obra que el francés Nicolás de Bussy realizaría para la Iglesia de los Jesuitas de Murcia.

PLANTA SEGUNDA

Sala III: El arte del siglo XVII. La pintura del Siglo de Oro

     Esta tercera sala queda compuesta por obras de grandes artistas del Siglo de Oro, y por otras que se realizaron en pequeños talleres y escuelas durante la misma época.

     De esta manera el espacio presenta lienzos anónimos, como Primado de San Pedro , o Desaparición de Jesús en Meaux, y Santa Catalina de Alejandría de Bartolomeo Cavarozzi, o El tributo de la moneda, atribuida a un Lucas Jordán de registros venecianos.

     En un lugar predilecto de la sala se exponen los lienzos del obrador de Zurbarán, de José Antolínez y Saraba, de Juan Valdés Leal o de Bartolomé Esteban Murillo.

     Siguiendo con las obras destacadas de esta sala, mencionar la presencia de San Jerónimo, escriturario, vinculado a la génesis y nacimiento del Museo, y considerado como una de las grandes obras de José de Ribera.

SALA IV: Gabinete

     También tienen cabida en el Museo de Bellas Artes de Murcia las artes decorativas (vidrio y cerámica), ediciones de libros antiguos, cobres de imprenta, estampas religiosas en papel de los siglos XVI al XVIII.

     Brillan en esta sala, además, los grabados de Piranesi y las obras de Daniel Seghers.

SALA V: La Ilustración y el siglo XVIII en Murcia. El arte durante el Setecientos

     La pintura del siglo XVIII murciano quedó eclipsada, al igual que el resto de las artes, por la figura del escultor Francisco Salzillo.

     Sin embargo se pueden destacar obras de A. Ginés de Aguirre, el lorquino Pedro Camacho Felizes o Lorenzo Vila.

     En esta V sala del museo se destacan obras de autores foráneos de la Región, e incluso de la Península Ibérica, como Mariano Salvador Maella y el italiano Giovanni Odazzi.

LOGIA. Un escultor del siglo XXI: Antonio Campillo

     Se trata de una de las estancias más significativas del Museo de Bellas Artes de Murcia.

     En este luminoso espacio se pueden contemplar una serie de esculturas femeninas del premiado escultor murciano Antonio Campillo. Este autor muestra en la Logia parte de su obra, la cual se encuentra repartida por diversos enclaves de la Región de Murcia y del resto de España (Museo Antonio Campillo de Ceutí ó Fuentes de la Plaza de España de Madrid).

PLANTA TERCERA

Sala VI: Del Academicismo al Eclecticismo. Los grandes géneros pictóricos

     En la sexta sala del museo se entra de lleno en las grandes manifestaciones pictóricas del siglo XIX. En obras de José Pascual y Valls, el caravaqueño Rafael Tejeo, Juan Martínez Pozo o el mazarronero Domingo Valdivieso se plasma la pintura academicista, el retrato, la pintura de historia y de tema literario.

Sala VII: La pintura costumbrista. El Regionalismo

     La pintura costumbrista de la Región de Murcia halla su camino a través de la plasmación de todo aquello que emparentaba con la anécdota y con la alegría superficial de lo doméstico. Sin embargo, el regionalismo se alza como un enfoque más profundo y menos trivial de esa cotidianeidad.

     En esta séptima sala del museo se encuentran diversos ejemplos de pintores de cada una de las dos corrientes.

     Aparte de la obra murciana de la sala, hay que destacar la escultura Redil de ovejas de Mariano Benlliure, depósito del Museo de Bellas Artes de Valencia; Estudio para el dos de mayo de Joaquín Sorolla y Gitana de la naranja de Julio Romero de Torres.

Sala VIII: Sala de las Alegorías. Pintura decorativa. El paisaje

     Esta sala se reserva a la pintura decorativa y al paisaje, uno de los géneros más relevantes del siglo XIX.

     Entre las obras más significativas que se exponen en este espacio se encuentran pinturas de Carlos de Haes, Ignacio Pinazo, Wssel de Guimbarda, Obdulio Miralles, Pedro Sánchez Picazo e Inocencio Medina Vera.