Aunque actualmente podemos observar que junto a la vivienda principal hay un edificio anexo, nada tiene que ver éste, en cuanto a estructura y acabado, con la fachada principal, pudiendo considerarlo como un  edificio de oficinas.

Sí nos ceñimos a la arquitectura principal, el diseño de Beltrí destaca sobre todo porque es solamente la fachada la que concentra todo el estilismo modernista, tan desarrollado por el arquitecto catalán. En una amplia parcela vallada y con jardín se extiende esta finca, que llama la atención por el número de ejes verticales que enseña en su exterior, más de una decena.

Distribución

Dos plantas, baja y primer piso, y un ático con terraza; ésta es la distribución básica de la casa. En las dos plantas coincide, en vertical, cada uno de los vanos. En la primera planta, en la que se abren algunas puertas de entrada, los vanos son amplios y enrejados.

En la segunda planta se abren puertas con contraventanas de madera de tipo malloquín, y que dan a balconcillos enrejados de forja, sobre ménsulas de piedra, que destacan por la intensa ornamentación de sus dinteles: piedra labrada con motivos clásicos, hasta con semicariátides a modo de pilastrillas, que dan un toque de neobarroquismo al exterior, contrastando con las líneas adustas del almohadillado de toda la fachada.

Miradores

Mención especial, en el exterior, merecen los miradores. Uno de ellos, dando al jardín, de aspecto muy similar al de tantos otros de casas de finales del siglo XIX y principios del XX, aunque en su estructura advertimos que es un balconcillo, con tres ménsulas en la base y forja, cerrado con ventanales enmarcados en madera. El mirador que da tanto a la calle como al jardín, situado en la esquina de la fachada principal, sorprende por su cúpula de aire oriental y la alta aguja con la que corona su tejado de zinc. Este mirador mezcla la forja con las molduras de madera de los ventanales.

Ático

El ático, rodeado por una sencilla rejería con machones de mampostería, es el único elemento que une esta fachada principal con el edificio anexo a ella y que, estéticamente, no tiene nada que ver con la vivienda; de hecho, no participa de su zona ajardinada, sino que da a otra de las calles en las que se extiende la finca. Este edificio anexo es de ladrillo visto, muy sencillo en los elementos que dividen las dos plantas de su estructura, quizá se tratara de dependencias para oficinas.

A pesar de su estado de abandono y cierre aún se pueden admirar desde el exterior, y si alguna ventana abierta lo permite, detalles como los de sus escayolas ornamentadas, dando una idea de los detalles destacados que debían adornar el interior de esta vivienda.