Antiguo Palacio de Verano del Obispo de la Diócesis de Cartagena, mandado construir por el Obispo D. Victoriano López Gonzalo entre 1789 y 1805.
En 1441 D. Juan Mercader creaba el núcleo donde habría de surgir el monasterio franciscano. El primitivo convento fue tutelado por el Rey de Castilla D. Juan II, dando carta de naturalez a su fundación el Papa Eugenio IV en 1443.
La iglesia del convento respondía a un modelo de nave única con cabecera cuadrada, igual que muchas iglesias del siglo XVI.
En 1936 fueron quemados y destruidos la iglesia y el convento, junto con los bienes muebles que albergaban en su interior, así como su magnífica biblioteca.
El obispo D. Manuel Felipe Miralles (1785-88) vivió una larga temporada en el convento y proyectó hacerse allí unas habitaciones, cuya realización llevó a cabo el obispo D. Victoriano López Gonzalo (1789-1805) adosando al claustro un patio con fachada al norte y con escalera por la portería.
Sobre el huerto monacal, en el año 1801, el arquitecto Gilabert levantó el Palacio Residencial de verano del Obispo de Cartagena, cuando ostentaba este cargo D. Victoriano López.
El obispo D. Francisco Landeira Sevilla (1861-76) reparó el palacio, hizo costosas obras para conducir de nuevo el agua al jardín del palacio y embelleció aquel pintoresco lugar con el objetivo de establecer en el convento-hospedería una comunidad de legos.
El primitivo convento fue destruido en la Guerra Civil, y ahora el palacio, reconstruido, acoge a la comunidad franciscana.