El santuario fue excavado entre los años 1946 y 1948. El lugar fue hallado tras un descubrimiento casual de cerámica romana en un sendero cercano. Tras una prospección del terreno se documentaron sobre la cumbre del cerro numerosas cerámicas ibéricas, restos de muro y una figura femenina, lo que llevo a su excavador a pensar que pudiera tratarse del santuario, hecho que se documentó tras la excavación de los restos.
Los trabajos sacaron a la luz un edificio de planta rectangular, de unos 29 metros de largo por 12 de ancho, divididos por un eje axial que corta el santuario de este a oeste. Había un pasillo centro, de un 1,5 metros de ancho que organizaba los espacios dentro del santuario. En el extremo opuesto a la entrada estaba la habitación sagrada. Además habría otros espacios que servirían como vestíbulo, vivienda o almacén.
La habitación sagrada, o sancta sanctorum, se ubica en el lugar más resguardado del santuario; de planta cuadrangular, y con unos muros cuyo grosor superaba los 80 cms., esta habitación fue el lugar donde se depositaban todos los exvotos. Al finalizar el uso del santuario, a finales del II a.C, en una de las esquinas de esta estancia se hizo un agujero en el que se enterraron todos los exvotos. Se encontraron 62 anillos de cobre o bronce, cinco sortijas, dos fíbulas, un regatón, una falcata votiva, tres pesas de plomo, diez fusayolas, cuentas de collar y un conjunto de esculturas de arenisca, 17 figuras humanas y 160 équidos.