El yacimiento de Villaricos es uno de los más importantes asentamientos ibéricos en Caravaca. Está directamente relacionado con otros enclaves arqueológicos; de todos ellos el más importante es el santuario de la Encarnación, destruido con la edificación de los dos templos romanos, cuyos restos se conservan aún hoy en día. A ese templo acudían los habitantes de ese poblado, depositando exvotos ofrecidos a sus dioses.
Además del Santuario de la Encarnación se conoce una necrópolis relacionada directamente con este poblado; los restos cerámicos hallados, así como los diferentes elementos del ajuar que depositaban en sus enterramientos (restos de armas, cerámicas de importación, objetos trabajados en hueso, punzones, tabas, fusayolas, etc) siguiendo el rito de la incineración, documentan la importancia que debió tener este poblado, establecido en una situación estratégica, controlando la vía de comunicación que atravesaba el río Quípar.
Por último, hay también en las proximidades del yacimiento una cantera de piedra de la cual se debieron servir los habitantes de Villaricos para la construcción de sus viviendas. Si bien en algunos lugares de la cantera son visibles las marcas de las rodaduras de carros, no hay forma de fecharlas con seguridad, pudiendo ser datadas en una amplia secuencia que va desde la ocupación ibérica hasta época moderna.
El gran numero de asentamientos de esta cronología, tanto en el Estrecho de la Encarnación como en Archivel, atestigua la importancia del poblamiento ibérico en la zona.