Como bienes muebles incluidos dentro del conjunto, destacamos los siguientes:
El retablo mayor
En el elevado presbiterio, para salvar la altura del arco-túnel sobre el que se encuentra edificado, el actual retablo mayor, de época barroca, procede de la cercana iglesia de la Soledad, que a su vez lo había recibido del desaparecido convento de los franciscanos en la misma localidad, ya que el original de esta iglesia fue destruido en el año 1936; las adecuaciones realizadas sobre el presbiterio en los años setenta, han resultado poco adecuadas en la zona del zócalo, acoplando un almohadillado de piedra.
Retablo de San Antonio y retablo de San Francisco
Las dos capillas laterales, dedicadas a San Francisco, lado derecho o de la Epístola, y a San Antonio, lado izquierdo o del Evangelio, cuentan con retablos barrocos de buena factura, del siglo XVII (según observaciones de José Antonio Melgares sobre el color del hábito de los franciscanos que aquí aparece gris, cambiando en el siglo XVIII al tradicional marrón franciscano).
Otros retablos e imágenes
En el brazo izquierdo del crucero se encuentra el coro bajo, con su reja, y sobre ésta un nicho, donde antes se ubicaba la desaparecida imagen de la Virgen de las Angustias, que actualmente ocupa una imagen de Santa Clara (José Hernández, 1993). Al otro crucero lo decora un retablo barroco (siglo XVII) con estípites, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Amargura, es interesante la decoración de la predela con mitras y hojarascas, lo que denota ser donación de un obispo, según José Antonio Melgares podría tratarse del Obispo Trejo, que se encontraba en Caravaca en 1624.
También hay en la iglesia una imagen de San José con el Niño, talla realizada en madera policromada, del siglo XX, cuyo autor es José Sánchez Lozano; un San Nicolás y un San Francisco Javier, del siglo XX, ambas imágenes de los talleres de Olot.
Púlpito y tornavoz, sillería y caja de órgano
Se conserva así mismo el púlpito y tornavoz, en yesería policromada y dorada, de finales del siglo XVIII. El coro conserva una modesta pero completa sillería en pino. Junto al coro, en el lado de la Epístola, se puede ver una bonita caja de órgano, posiblemente de bien entrado el siglo XVIII, que por desgracia ha perdido toda la maquinaria.