Portada de Acceso [Iglesia de la Soledad Caravaca de la Cruz]
Portada de Acceso

     Se trata de una iglesia columnaria ejecutada por maestros locales, de traza muy simple, ya que consta de nueve bóvedas vaídas, de las cuales las tres del eje principal son de planta cuadrada, mientras que las restantes son rectangulares.

     De las dieciséis columnas que forman el apeo de los veinticuatro arcos que soportan las bóvedas, cuatro son exentas, siendo las restantes semiempotradas.

     No obedece a un trazado riguroso ni los ordenes, ni la configuración general de la planta, lo que conduce a un interior desmañado y excesivamente dilatado en los entreejes  de sus columnas.

Construcción de la segunda mitad del siglo XVI

     Por el empleo de bóvedas vaídas y sobre todo por la traza de las portadas hay que pensar que la iglesia se debió construir en la segunda mitad del siglo XVI, y quizá a finales de esa centuria. Razones de tipo estilístico emparentan la portada lateral, con pilastras y capiteles modillón, con las soluciones ejecutadas por Pedro de Monte en Murcia (portadas del Contraste,  hoy en el Museo de Bellas Artes, y portada posterior del Almudí).

     La bóveda vaída es un elemento arquitectónico cuya difusión generalizada en la arquitectura renacentista tuvo lugar, sobre todo, a partir de Vandelvira, especialmente en el último tercio del siglo XVI.

Exterior del edificio

     Exteriormente la iglesia presenta rasgos de un primitivismo retardatario: los contrafuertes esquineros de planta cilíndrica, los contrafuertes perimetrales exentos y sin tratamiento, etc.

     Se hace muy difícil fechar la iglesia de la Soledad, debido a la superposición de formas y elementos de épocas diversas, tanto más cuando se sabe que hasta 1571 desempeñó función de parroquia.

Peculiaridades

     Quizá el rasgo más confuso de esta iglesia y la del Salvador sea la interpretación iconológica que se hace de los ordenes arquitectónicos empleados. Todos los tratadistas afirman que el orden toscano y dórico van asociados a los edificios conmemorativos que fundan personajes de relativa importancia y que el jónico se vincula con las iglesias dedicadas a la Virgen. En conformidad con este principio, ni el orden jónico de El Salvador, ni el toscano de La Soledad van conformes con las advocaciones de sus patronos.

     La importancia principal de la iglesia está en su sistema estructural, cuyas bóvedas vaídas solucionan sus contrarrestos de forma excepcional en un equilibrio difícil, sobre todo en el momento de su construcción.