Orígenes

     El convento se fundó el uno de marzo de mil quinientos ochenta y siete, siendo Papa Gregorio XIII, Rey de España Felipe II, Obispo de Cartagena don Gerónimo Manrique de Lara, Vicario Provincial fray Nicolás de Jesús María y estando presentes el venerable padre fray Juan de la Cruz y el primer prior del recién fundado monasterio fray Cristóbal de San Alberto.

Autoría

     Las trazas del conjunto carmelitano de Caravaca creemos que se deben al fraile carmelita fray Alberto de la Madre de Dios, pues además de conocer su autoría en el diseño del claustro construido en 1615 por el cantero Damián Pla, donde se le nombra tracista de la Orden, en general tanto la iglesia como el claustro responden a obras suyas o atribuidas como Lerma, Ocaña, Medina, Yepes, San José de Guadalajara, etc.

Evolución histórico-arquitectónica

     En 1625 se hicieron los cimientos y parte de la obra de la iglesia que en 1628 estaba aún sin cubrir, como se especifica en las nuevas capitulaciones que se hacen entre el convento y los sucesores en el patronazgo de don Rodrigo de Mora y de su mujer doña Mencia de Monreal, don Juan de Mora y don Francisco de Monreal.

     En 1628 la iglesia estaba prácticamente concluida a falta de la portada, la cual se contrata en este mismo año con Cristóbal de Liébana, cantero, vecino de Moratalla, siendo prior fray Pedro de Jesús María.

Finalización de las obras y remodelaciones

     Se terminó la iglesia nueva el 3 de junio de 1635 y se puso el Santísimo el 3 de julio de 1635, estando todo su interior blanqueado. Posteriormente, a lo largo del siglo XVII se adornará la iglesia con retablos, principal y colaterales, imágenes, capilla del santo Cristo y de San Cayetano, haciéndose una remodelación importante en 1683.

     Además de utilizar el presbiterio y crucero como enterramiento de los patronos y de los religiosos, la nave principal tenía también la misma función pero dedicada a sepulturas de particulares, distribuidas en cuadrícula bajo el pavimento.

     En 1771 se llevó a cabo una gran remodelación del convento que afectó a la sacristía, la cual tuvo que cambiar de ubicación para dejar vivienda acomodada a los religiosos, ya que estaba cayendo el cuarto principal donde estaban el refectorio, la despensa, taquilla, cocina, oficio humilde, entrada por el claustro a la bodega, que se derribó antes de que se cayera.

     En el trienio de 1760 se renovó el tejado de la iglesia y capilla mayor, pues se estaba hundiendo y se acopiaron materiales para la obra nueva del cuarto del mediodía, que sólo tenía los cimientos, obrándose hasta las primeras maderas.

     En 1783 estaba hecho un camarín a la Virgen del Carmen, pero sin cristales, que fue sufragado con las limosnas recogidas por el hermano fray Manuel de Santa María.

     El 5 de agosto de 1800 se puso la campana mayor, de peso 30 arrobas, con el nombre de Teresa.

Exclaustración y retorno

     El 9 de junio de 1825 se notificó a los Padres que saliesen del convento, verificándose la salida el 16 de julio de 1825. Esta primera exclaustración duró unos tres años. En el libro de Becerro aparece el nombre del Prior aunque no consta de la fecha de toma de posesión.

     El 8 de marzo de 1836 echaron a los religiosos del convento por orden de Isabel II. Fue la exclaustración. En 1904 volvieron los religiosos nuevamente a Caravaca. Así comenzó la restauración del convento, siendo provincial el P. Salvador de la Madre de Dios.

Personajes ligados al templo

     Entre los personajes ligados a la historia del edificio, destacamos los siguientes:

San Juan de la Cruz (1542-1591). A mediados de diciembre de 1586, procedente de Andalucía, llega el Santo a Caravaca dispuesto a fundar monasterio de frailes. Adquiere una casita que habitaban unos moriscos, a las afueras de la Villa, muy cerca del inicio del Camino Real de Granada, en las inmediaciones de la ermita de Sta. María y San Juan de Letrán (hoy parroquia de la Concepción). Desde la casita que aún hoy se puede contemplar al pie de la Cuesta de la Cruz, frente a los que fuera monasterio de los Jerónimos, con lápida en la fachada que reza su identidad, se harían las gestiones para la edificación de la posterior iglesia y monasterio del Carmen, a muy pocos metros de distancia de aquella, en el siglo XVII.

Fray Alberto de la Madre de Dios. Las trazas del conjunto carmelitano de Caravaca creemos que se deben al fraile carmelita fray Alberto de la Madre de Dios, pues además de conocer su autoría en el diseño del claustro construido en 1615 por el cantero Damián Pla, donde se le nombra tracista de la Orden, en general tanto la iglesia como el claustro responden a obras suyas o atribuidas como Lerma, Ocaña, Medina, Yepes, San José de Guadalajara, etc.