Las ruinas de la fortaleza dejan entrever que fue una construcción adaptada a la cima del cerro donde se elevó, inscribiéndose en una planta cuadrangular que, aproximadamente, tuvo unos 55 metros de largo por 20 de ancho.
Los restos que se conservan fueron construidos con tapial de argamasa, utilizando piedras de tamaño medio en la mezcla que, si bien acelerarían la construcción, hubieron de provocar igualmente su rápido deterioro. Actualmente los alzados no superan los dos metros de altura, aunque son visibles parte de los lienzos de la muralla y una torre.
Mención aparte merece el aljibe, que por su calidad constructiva (también en tapial, pero sin piedra y de la consistencia del hormigón) ha logrado una conservación algo mejor que el resto del edificio. Situado en lo más alto del cerro y excavado en él, es de pequeñas dimensiones y tiene una profundidad de unos dos metros y medio, aunque ha perdido su cubierta.