Este importante elemento de las fortificaciones portuarias de Cartagena se encuentra enclavado en un estratégico punto del frente de levante de la bahía cartagenera, muy cercano a la orilla marítima y próximo a la bocana del puerto. Se sitúa entre las baterías de Santa Florentina y Santa Ana Complementaria, a los pies del cabezo de San Pedro y en las cercanías de la popular playa de Calacortina.
Para llegar a esta batería habrá que tomar la carretera que, desde el núcleo urbano de Cartagena, corre paralela al barrio de Santa Lucía y se dirige hacia el muelle de La Curra. Poco antes de llegar a este malecón, se toma el desvío a la izquierda, en dirección al valle de Escombreras. Tras pasar por la batería de San Leandro, se encuentra el control de accesos de las de Santa Florentina, Santa Ana Acasamatada y Santa Ana Complementaria. Es propiedad del Ministerio de Defensa, y la entrada está restringida, ya que estas baterías se encuentran vigiladas y acotadas, por lo que su visita depende del permiso a la autoridad correspondiente. Presenta un considerable estado de abandono y un muy mal estado de conservación.
Los orígenes del establecimiento de una batería en la punta de Santa Ana se pueden situar entre los años finales del siglo XVII y los comienzos del XVIII, en los contextos bélicos de la Guerra de los Nueve Años (1689-1697) y la de Sucesión (1702-1714). Pero el fuerte entonces construido sería ampliamente reformado en torno a 1860 y, finalmente, a finales del siglo XIX, de cuyas obras surgiría el edificio actual y una batería nueva emplazada poco más al sur de ésta: Santa Ana Complementaria.
La batería de Santa Ana Acasamatada se encuentra declarada Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.