Iglesia de Santa Eulalia

La iglesia de Santa Eulalia, inaugurada el 21 de junio de 1766, se levantó sobre una primitiva ermita que Jaime I parece ser hizo levantar junto a las murallas de la ciudad en honor a Santa Olalla de Barcelona.

Se sabe que con anterioridad a 1760, se demolió parte de la antigua fábrica por su estado ruinoso, comenzando algún tiempo después las obras del actual templo, una parte del cual fue habilitado en 1766. Las obras sufrieron varias interrupciones, siendo por fin concluidas en diciembre de 1779, gracias a la labor de D. Antonio Albarracín, que siendo racionero de la Catedral logró del Obispo Rubín de Celis un donativo para la terminación de la obra.

En cuanto a la Capilla de San José, parece que fue erigida en los primeros años del siglo XVIII por el gremio de los carpinteros, tras un largo período de preparativos que se extendió a lo largo de toda la centuria anterior.

Según José Antonio Melgares Guerrero, "El 30 de junio de 1658, el Cabildo acordó la erección de la ermita. Sin embargo, el solar destinado para ello aún era pequeño. Para darle mayor fondo se resolvió tomar a censo una casa perteneciente a la parroquia, con cuyo solar se ampliaba considerablemente la superficie inicial. Un bienhechor, Benito Pedriñán y Mercader, se ofreció para comprar la dicha casa a la fábrica de Santa Eulalia y ofrecerla a la Cofradía para tal fin ¿ La escritura, otorgada ante Jacinto Aznar, tiene fecha de 1 de julio del mismo año".

Melgares Guerrero continua diciéndonos que con posterioridad a estos hechos "La Cofradía pidió al Concejo la gracia de un sitio 'desde la orilla del Val que va a parar a la caja vieja del río, hasta donde se ponen los tablachos, continuándolo hasta el torreón de la muralla'¿"

Finalmente el 19 de agosto de 1702, el Concejo de Murcia acordó ceder gratuitamente a la Cofradía el solar demandado.

De esta forma se levantó la capilla, con dependencia en lo religioso de la iglesia de Santa Eulalia, cuyo clero se encargaba del culto en las festividades más solemnes que en aquel recinto se celebraron.

El autor prosigue: "Tras la fundación en Murcia de la Cofradía de San Felipe Neri, se admitió por el Gremio de Carpinteros que se celebrasen sus cultos en la Iglesia de San José bajo unas estrictas condiciones estipuladas en la escritura pública que otorgaron la congregación y la Cofradía-Gremio de San José ante Antonio Giménez de León, en 24 de octubre de 1710".

La cofradía tuvo también otras propiedades, además de la capilla que nos ocupa, tales como fincas rústicas y urbanas que fueron vendidas como consecuencia de las Leyes Desamortizadoras de 1835.

El Gremio reclamó el 1 de enero de 1839 la legítima propiedad que tenía sobre la ermita, objetos de su interior, casa contigua, etc. Finalmente la Junta de Enajenación devolvió al Gremio la propiedad de la capilla, siendo rehabilitada al culto, el día 8 de enero del mismo año.

En la colección Memorias de Arqueología, nº 10, aparece publicada la actuación arqueológica en el entorno de la Capilla de San José, redactada por el arqueólogo José Antonio Sánchez Pravia. En el resumen de dicha actuación, el autor, en lo referente a la fundación del oratorio y congregación de San Felipe Neri, dice que "la imagen urbana del sureste de la plaza de Santa Eulalia y entorno inmediato experimentó un cambio importante. Entre las obras que se realizaron, documentadas en el área de intervención arqueológica, destaca la casa del oratorio construida extramuros¿a la vera de la Puerta de Santa Eulalia¿"

Respecto al cementerio de la Congregación la actuación arqueológica puso de manifiesto que "esta comunidad de religiosos utilizó como camposanto un terreno localizado frente a la cabecera de la iglesia. Separaba ésta del área de enterramiento un muro de ladrillo¿En el año 1836 la Congregación del Oratorio se disuelve con motivo de la desamortización de Mendizábal¿La iglesia de San José volvió a la Cofradía de Carpinteros, quien se hizo cargo de su cuidado y culto. A partir de entonces en una fecha imprecisa, se construyó un camarín en el testero del templo. La obra de ladrillos, de planta tetragonal, fue adosada al exterior de la cabecera; para levantar esta estructura fue necesario demoler el muro de ladrillos que cerraba el camposanto. Los cimientos del camarín saltaron por encima de los restos de aquella fábrica y se introdujeron a gran profundidad entre los huesos humanos".

La Capilla de San José ha pertenecido al Gremio de Carpinteros hasta hace unos veintisiete años, que pasó a ser propiedad de la parroquia, al extinguirse la Cofradía de Carpinteros.