Original en su diseño y decoración, lo más impresionante son sus almenas medievales en ambas esquinas.
Una de ellas sufrió la pérdida de su cúspide, pero ya se puede ver completa tras ser restaurada. Las dos almenas sobresalen del edificio, están voladas y sus adornos siguen siendo los mismos que los de la casa, y su pintura alterna blanco y rosa palo. Son troncos de pirámide cuadriculados se rematan en aguja de chapa de Isaac.
El yeso blanco adorna y pinta los adornos de los dinteles y parte de las jambas, también resaltan los alféizar de las ventanas. Las puertas y ventanas son de madera, y el balcón principal de obra está enlucido con yeso blanco, al igual que los elementos decorativos.
Su fachada principal está orientada al SE, quedando cerrado uno de los cuatro lados de la Plaza. En su fachada Sur la decoración es igual, pero su dimensión es menor.
En la fachada principal, una balconada con barandilla y pasamanos de obra de albañilería, enlucida con yeso blanco. Sus esquinas terminadas en torrecillas, o castillo volado, son lo más llamativo de la construcción.
Si moderna puede ser su descripción, la singularidad que le da sus torres, la desvían de las clásicas modernas. Se asemeja más a los castillos medievales en algunos de sus elementos, que mezcla con otro de la tierra.