El retablo puede fecharse en torno a la década de 1780. Se trata de una obra de transición entre el barroco y el clasicismo formal, aunque ha perdido algunos elementos originales y tiene como guía la fachada de la Catedral de Murcia.
En la hornacina central se situó el grupo escultórico de San Pedro y Jesús; en los paramentos laterales, San Jerónimo y Santa Inés de Montepulciano, y en el ático, la Virgen flanqueada por dos ángeles. El banco incorpora atributos del titular de la iglesia (tiara, llaves y cruz papal), entre otros.
La decoración se concentra en determinados puntos de la estructura y es en el banco en donde adquiere mayor relevancia. Se combinan motivos de diversos carácter como animales fantásticos, elementos arquitectónicos y vegetales, jarrones, etc.
Entre las obras de arte contaba con:
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Escultura de San Jerónimo penitente, obra de Salzillo, costeada por el canónigo Marín y Lamas. Llega al monasterio en 1758. Hoy se encuentra en el Museo de la Catedral.
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Dolorosa atribuida al mismo autor, actualmente en una colección privada.
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Órgano trasladado a la iglesia de San Agustín.
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Imagen de la Inmaculada.
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Cristo de las Ánimas, atribuido como la anterior a Salzillo y un San Roque del taller del mismo.
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Dos ángeles arrodillados ante un crucifijo.
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Numerosos cuadros y una imagen de San Antonio, reubicados en la catedral.