En la actualidad, los hoteles están en continuas reformas para darles más comodidades y una atención preferente a los clientes que elijan este Balneario.
Las últimas reformas han supuesto darle aún más belleza a entradas, salas y estancias.
La fachada del hotel principal, pintada con un suave color rosa y donde destacan los balcones amplios de rejería, está coronada, en su entrada principal, por un frontón clásico.
La entrada la proporciona una puerta giratoria de madera, cuyos cristales han resistido los avatares del tiempo, pues son los mismos que se colocaron en su construcción. Justo enfrente se encuentra la gran escalera principal, iluminada con una preciosa lámpara de la época y una gran vidriera multicolor. Una alfombra central resguarda los peldaños que suben a la primera planta.
El restaurante, que ya fue restaurado en 1910, está inspirado en el restaurante del Titánic, y una vitrina de cristal muestra algunos de los objetos curiosos que la dirección fue adquiriendo para el deleite de sus clientes.
La galería Real está decorada con vitrinas de cristal donde se disponen coronas en miniatura de oro y piedras preciosas de todas las casas reales que habían en el momento de su inauguración, con la leyenda de cada una de ellas explicando los reinos a las que pertenecen.
Impresionante resulta su galería, decorada con la única replica a escala que existe de la Capilla Sixtina del Vaticano. En sus paredes, las distintas explicaciones de lo que en la cúpula de su techo está pintado.
Todas las salas de masajes, bañeras y saunas que tiene el edificio, están en su planta sótano, junto con el túnel que lleva al ¿corazón del manantial¿, construido en 1992 para más seguridad. Existe otro más antiguo de 1866. Cuando se abre la puerta queda a la vista el manantial del cual sale el agua a 52 grados. La luz tenue que lo ilumina, las piedras que lo cercan y la imagen clásica que lo preside, le dan al lugar un aire enigmático y envolvente.