Las chimeneas son construcciones del siglo XX todas ellas, que se enmarcan en una coyuntura de desarrollo económico en Abarán.
Las fábricas serán el primer eslabón de una serie de distintos recursos. Se utilizaban las cajas para embalar las frutas o las latas de conserva, proceso que necesitaba la madera para las cajas y el papel que servía de forro para las mismas, hasta el cierre de las mencionadas, que se hacía con cordel de esparto. El mismo que también se utilizaba para fabricar el papel necesario mediante sus desechos.
El inicio de todo el proceso comienza a finales del siglo XIX, momento en el que se consiguió un desarrollo económico basado en la fértil huerta de Abarán, que era alimentada por las distintas norias con el agua del Segura, haciéndola subir lo necesario para regar los márgenes del río. Más hacia el interior hacían falta instalaciones elevadoras de agua, como las máquinas de vapor.
Todo esto marcaría un nuevo momento de desarrollo agrícola, que se irá perfeccionando hasta llegar al siglo XX con la demanda de productos agrícolas. Las frutas van a encontrar en estos momentos un nuevo proceso, el de la Industria Conservera, lo que supuso recursos de regadío, tanto para huerta como para campo, la recogida de la fruta y su selección, fresca o de conserva, y el envasado, que necesitaba de materiales y mano de obra y transporte. Todo una serie de recursos encadenados que suponían el desarrollo de la localidad.