La secuencia cronológica que los arqueólogos han registrado en el Castillico de las Peñas y su área inmediata circundante va desde el Paleolítico Superior hasta el siglo XIII, poco antes de la incorporación del Reino de Murcia a la Corona de Castilla.
Los testimonios materiales denotan una ocupación del entorno en época eneolítica, argárica y, principalmente, ibérica, que probablemente sea el hábitat más importante de época antigua, asentado junto a una fuente de agua y extendido por la cima y las laderas del cerro.
Época islámica
Alonso Navarro constató que, según los restos de la fortificación, su morfología, y la cerámica hallada en el contexto del castillo, su construcción y ocupación se podría fechar entre los siglos XI al XIII.
En concreto, hacia los finales del siglo XIII y comienzos de la siguiente centuria, se produce un amplio proceso de fortificación general de todo el reino islámico de Murcia, construyéndose o reconstruyéndose numerosos castillos en lugares importantes y estratégicos, para intentar frenar la llegada de conquistadores norteafricanos, o cristianos procedentes de Castilla y Aragón.
Éste pudo ser el caso del llamado Castillico de las Peñas, levantado en un punto estratégico que controlaba la comunicación entre el llano de Fortuna y el Altiplano. Todo ello en un contexto de intensa ocupación del espacio, que tendría su punto más alto en la segunda mitad del siglo XIII.
Dominación castellana
Sin embargo, la incorporación del antiguo reino musulmán a los dominios del rey de Castilla, iba a suponer un proceso de despoblación brutal que afectaría de manera especial a las áreas rurales.
La incapacidad de Castilla por asentar cristianos en los espacios abandonados por los musulmanes, llevó al abandono total de numerosas alquerías y explotaciones del campo. En numerosas ocasiones, las fortificaciones que una vez dieron protección a los habitantes de estas zonas, fueron entonces destruidos para evitar su mantenimiento o, en el peor de los casos, la toma por el enemigo.