El Palacio comenzó a construirse en 1898 por Victor Beltrí, terminándose en 1901, después de experimentar varias modificaciones el proyecto inicial. En él hay ecos de la escuela catalana en donde Beltrí se formó. La torre del ángulo con su cúpula recubierta de escamas de reflejos metálicos, consigue una vivacidad juvenil y pintoresca. La torre del Palacio tiene, además, unas connotaciones de tipo emblemático que hacen más visible el palacete del minero desde las calles confluentes el motivo simbólico de la abeja, relacionada con el trabajo y la laboriosidad.
Del interior, se conservan salón, despacho, vestíbulo y escaleras, rigiendo en el despacho una elegancia victoriana. El salón de baile, modernismo rococó, con pintura en el techo de Cecilio Plá, que representa la primavera. Contiguo al salón hay un saloncito que corresponde al mirador de la rotonda. Del vestíbulo principal, que es un patio de luces acristalado al que se abren los balcones del pasillo, arranca una escalera imperial. Decididamente modernista y de gran calidad son los cristales del vestíbulo, grabados al ácido, que reproducen fluorescentes amapolas. La puerta de la calle tiene dos hojas de madera y cobre, ricamente trabajadas por Amare.
A medio restaurar, en él subsiste una oficina de Cultura de la Comunidad Autónoma, a la que pertenece y que se comprometió a cederlo al Ayuntamiento. La Consejería de Cultura hizo una primera fase de rehabilitación, consolidando la estructura y la planta bajo cubiertas. Ahora se realiza en él una ampliación que recibirá el nombre de Muram, y donde se ubicará el Museo Regional de Arte Moderno, de ahí el nombre.
Fuente: MONERRI MURCIA, J. El Patrimonio de Cartagena y sus gentes. Cartagena: Ayuntamiento de Cartagena, D.L. 2000.