Historia
Los documentos alfonsinos citan con frecuencia la organización de la Diócesis de Cartagena, así como el paralelo establecimiento de diversas órdenes religiosas. Desde el inicio el culto cristiano dispuso de la mezquita mayor que estaba fuera de la ciudadela islámica y cuyas vicisitudes relata la crónica de Jaime I, y de otras seis mezquitas en el casco de la ciudad: Santa Eulalia, San Lorenzo, San Bartolomé, Santa Catalina, San Pedro y San Nicolás.
En el Repartimiento de la ciudad de Murcia del siglo XV aparecen las parroquias del casco, entre ellas la de San Bartolomé.
A finales del siglo XVIII se comenzaron nuevas obras en dicha parroquia, terminándose la bóveda del crucero derecho y el crucero izquierdo, cuya fachada recae a la calle San Bartolomé.
En el plano topográfico de Murcia de 1821, conservado en el Archivo Municipal, se observa la planta que a principios del siglo XIX tenía el templo, sólo el crucero, ábside y la portada del callejón de San Bartolomé. En el plano de Pedro García Faria, de 1896, ya se contempla la iglesia de San Bartolomé, según su planta actual.
Obras de ampliación
En noviembre de 1879 está fechado el proyecto de fachada y terminación de obras de la iglesia parroquial de San Bartolomé, firmado en Hellín por Justo Millán, en el que dice que el edificio se encuentra sin terminar, teniendo habilitada para el culto la capilla mayor y crucero, obras de principios del siglo XIX, y estando incomunicada esta parte con el resto del edificio. Mientras que la entrada se hace por un estrecho callejón que está en el costado izquierdo del templo.
También dice que la nave principal y las capillas se hayan levantadas de tiempo muy reciente, costeadas con fondos que los fieles han facilitado sin hacer el ornamento y enlucido, las pilastras y cornisas están forjadas y colocada la cubierta, siendo la decoración interior las obras por hacer y se sujetarán en todo al estilo de la capilla mayor y crucero. Por último, hace mención al hecho de que está por levantar la fachada en toda su fábrica y un tramo de la nave central y sus partes adyacentes. Asimismo, se ha de formar sobre dicho tramo de la nave principal el pórtico de entrada y coro.
Las obras se concluyen en 1883 siendo -junto a la iglesia de Ntra. Sra. del Rosario en Hellín (1877), la iglesia del Niño Jesús de Yecla (1880) y la iglesia del Rosario de la Unión-, una de las obras preeminentes de Justo Millán respecto a la arquitectura religiosa finisecular.
Estilo
La composición de todas ellas es ecléctica, apropiándose de motivos de estilos diferentes, combinándolos de forma creativa y original. El estilo de Justo Millán es considerado por los especialistas como fiel reflejo de la arquitectura de Agustín Ortiz de Villajos (1829-1902), autor de la iglesia y convento del Buen Suceso de Madrid (1864), entre otros edificios.
Personajes ilustres
Como personajes ilustres podemos hablar de dos en concreto, en el archivo de esta iglesia consta que fue bautizado en ella el célebre estadista Conde de Floridablanca, hijo ilustre de Murcia.
Justo Millán y Espinosa. Nació en Hellín (Albacete). Obtuvo el título de arquitecto en 1871. Por esas fechas aproximadamente debió establecerse en Murcia (aunque Espín Rael, autor del libro 'Artistas y artífices levantinos', lo sitúa en Murcia hacia 1880), donde desarrolló una importante labor como arquitecto provincial. Falleció en Hellín en 1920. Es el más genuino representante en Murcia del eclecticismo de finales del siglo XIX. Utiliza un repertorio formal historicista y ecléctico, en donde las referencias bizantinas y egipcias aparecen frecuentemente sugeridas en la geometría de sus fachadas.