Son varios los elementos que permiten a los investigadores definir la cronología de un edificio. Las técnicas constructivas y la planta, el alzado del edificio y el estudio del contexto arqueológico.
En el caso del Casón de Jumilla éste último se haya completamente alterado por la construcción durante el siglo XX de una fábrica de esparto y del primer tramo de la vía férrea que unía Jumilla con Cieza. Sin embargo, otras excavaciones realizadas en las cercanías del panteón sacaron a la luz un importante conjunto balneario perteneciente a una villa rural cuya ultima fase se extendió a lo largo de las últimas décadas del siglo III.
Las villas, en esta época, eran grandes establecimientos que dominaban una gran extensión de terreno, y en torno a la cual giraba la vida económica de estas tierras. Es lógico pensar que El Casón formara parte de esta villa y que fuera el panteón familiar de sus propietarios.
En cuanto al estudio y la planta del edificio, este deriva de una serie de estancias que se desarrollan en complejos termales privados de las villas del Bajo Imperio (S. III-V d.C). Este esquema pasaría a la arquitectura cristiana, donde pasa a ser utilizado de forma independiente.
Tras la conquista de este territorio por los romanos, la población, que antes vivía en zonas elevadas (un ejemplo es el yacimiento ibérico de Coimbra del Barranco Ancho) se traslada al llano, terreno fértil que ve como surgen numerosas explotaciones agropecurias tipo villa que alcanzaran una gran prosperidad y desarrollo.
Esta situación se mantuvo hasta bien avanzado el siglo IV, época en que a pesar de que se documentan menos villas que durante los dos primeros siglos de nuestra era, época en la que se constata el abandono de numerosos establecimientos, aún quedan grandes villas en torno a las cuales se articula la explotación del territorio.
Es en este contexto en el que hemos de situar el Casón, relacionado con un cercano conjunto termal perteneciente a la villa de Los Pedregales, el que fue probablemente el mausoleo familiar. Esta villa, asociada por tanto al Casón, está siendo utilizada desde el siglo III d.C, hasta la primera mitad del siglo IV, dando por tanto, un marco cronológico al panteón funerario jumillano.