El abrigo del Buen Aire es el más importante de los cinco enclaves del municipio de Jumilla en los que se han conservado representaciones pintadas de arte prehistórico.
Algunos de ellos como Canto Blanco, conservan escasos restos y en su mayor parte resultan ininteligibles.
Otro de ellos, como la Cueva del Peliciego, situado a poca distancia del abrigo del Buen Aire, aporta 14 figuras fácilmente reconocibles, similares al del Buen Aire, aunque, sin duda, el que nos ocupa supone el mejor testimonio jumillano de Arte Rupestre.
La mayor parte de las representaciones que han pervivido hasta nuestros días en Jumilla pertenecen al denominado Arte Levantino, que debió corresponder a sociedades cuya principal recurso económico debió ser la caza. En cambio, el Arte Esquemático corresponde según los investigadores a pueblos sedentarios, cuya economía estaba basada en la agricultura y la caza.
La coexistencia en el Abrigo del Bueno Aire de los dos estilos, podría indicar una ocupación muy prolongada de este hábitat, habiendo dejado los sucesivos ocupantes del Abrigo sus respectivas manifestaciones artísticas. Sin embargo, la inexistencia de restos arqueológicos en el abrigo o en sus cercanías impide conocer más sobre ellos.