El castillo de Yecla se situaba sobre un plano irregular, adaptado al terreno, por lo que presenta una planta ligeramente triangular, inscrita hacia la ladera sur del cerro.
En su fachada norte, dada la configuración topográfica, se dispusieron dos grandes torreones de esquina en los extremos oeste y este, mientras que la cortina que se extiende entre ellos presenta otras tres torres cúbicas adosadas al muro.
Los lienzos del sur y el este, por ser mucho más difícil el acceso por cuestiones orográficas, presentan una disposición defensiva más sencilla, reduciéndose en la práctica a la existencia de la muralla.
El interior del área fortificada quedaba dividido en dos partes. Una, a modo de recinto principal, se situaba en el sector este, delimitada por los muros exteriores de la fortaleza y por una serie de estructuras internas que incluían una gran cisterna rectangular (con unas dimensiones de 10 x 3 m); se trataba, al parecer, del área de servicios y su espacio residencial. Mientras, el otro reducto, que se extendía hacia el centro y el extremo SE, quedaba constituido como albacar, para el refugio del ganado y la población en tiempos de peligro. Las estructuras defensivas se construyeron mayoritariamente con tapial en diferentes variantes.