Una cueva con pinturas del siglo XVI
La cueva del Esquilo tiene un gran número de representaciones rupestres; pero al contrario de la mayoría de las documentadas en la Región, no son de época prehistórica, sino del siglo XVI. Hay dibujos de la cruz de Caravaca, de un escudo heráldico, de una nao, etc. Fueron descubiertas por D. Marcial García a mediados de la década de los ochenta. Se localizan en un pequeño barranco en la margen izquierda de la Rambla de Lucas. La cueva está situada a 1.250 metros sobre el nivel del mar; tiene casi 40 metros de abertura de boca, por 12 metros de profundidad y 6 metros de anchura. En la actualidad sirve como redil para el ganado; un muro de mampostería cerca la entrada a la cueva.
Era un importante lugar de paso, una vía de comunicación que unía el Campo de San Juan con los Campos de Mazuza y Otos, ya en La Mancha. Esta vía, que uniría el interior murciano con la Mancha, fue también prolongación de otras rutas que llegaban desde la costa y en concreto desde Cartagena, lo que explicaría la existencia en una cueva de Moratalla de una representación de una nao, dibujada hasta el último detalle.
Es probable que la cueva, dadas sus grandes dimensiones, fuera un refugio para pasar la noche los numerosos viajeros y soldados que debieron atravesar esta vía; o bien que, como en la actualidad fuera, utilizada por un pastor. Obviamente, no todas las figuras son obra de la misma mano, por lo que unos pudieron dibujar la cruz de Caravaca, otros el escudo heráldico y otro la nao. De hecho, los pigmentos utilizados, todos de color rojo pero de diferentes tonalidades, están indicando cronologías diferentes para las representaciones.