El caserío de Tarragoya es un grupo de casas del siglo XIX que se extiende en la carretera que se dirige a la Junquera y los Royos, en el Municipio de Caravaca de la Cruz.
El conjunto se compone de 4 viviendas de planta rectangular y un enorme corral para los animales, que hoy en día se sigue utilizando y que se encuentra al otro lado de la carretera.Cabe pensar que este establecimiento rural podría tener antecedentes en antiguos asentamientos hoy en día ya desaparecidos.
Son construcciones de planta moderna que se encuentran en mal estado y en proceso de total ruina.
Tan sólo se mantienen en pie las paredes exteriores, que tienen una altura de unos dos metros y medio. El tejado de gran altura. A dos aguas, estuvo compuesto por tejas de cañón que aún se puedan encontrar esparcidas por el suelo.
Gracias al estado en el que se encuentran, uno puede echar un vistazo por su interior y ver los elementos comunes en toda construcción rural, encabezada por la típica chimenea abierta que se puede encontrar en cualquier pueblo de la Región.
Está forrada en su interior con "haces" de caña que se unían entre sí gracias a cuerdas de esparto, elementos también muy comunes en toda construcción murciana.
Existe también un horno en el que su estructura exterior se mantiene en pie a duras penas. En hornos como éste se debieron de cocer gran parte del cereal que se recogía en este curioso valle, donde se cosecha aún hoy en día en gran cantidad.
Bajo un tejadillo se encuentra un paño figurado compuesto por 12 azulejos polícromos enmarcados por otros alargados.
Representa la imagen de nuestra señora de los Remedios, obra posterior a los años cincuenta. Bajo la imagen, la siguiente leyenda:
Nuestra Señora de los Remedios