Cerca de las conocidas Fuentes del Marqués de Caravaca nos encontramos con un paisaje de contrastes, en el que se mezcla la huerta y la montaña sin una frontera clara.
En los límites de esta huerta, a escasos metros de las primeras estribaciones de la Sierra caravaqueña, entre cipreses y pinos, se encuentra la almazara de Mairena.
Se haya junto a la conocida casa de la Huerta de Mairena y varias casas de nueva construcción.
Descripción
Hoy en día se encuentra completamente en desuso, siendo utilizada como garaje para aperos y maquinaria de labranza.
Existen, eso sí, signos de su antiguo uso, ya que la estructura de la almazara sigue estando en pie, tanto el techo realizado con grandes vigas de madera, así como las dependencias. Existen también pintadas en las paredes palabras referentes a los utensilios o los productos que normalmente eran tratados en una almazara.
Los atrojes siguen existiendo junto con números pintados en la pared que servirían para separar la distintas cosechas que iban a convertirse en aceite.
La almazara, como la casa, sigue perteneciendo a la misma familia desde hace 300 años, aunque a los dueños actuales les cuesta mucho recordarla en uso, ya que cuando eran pequeños se dejó de utilizar, hacia los años 50 del siglo pasado.
Lo más llamativo es el artesonado de madera existente aún, así como la existencia de algunos utensilios que se encuentran diseminados por las estancias de la vieja almazara.
Hay varias ¿piedras¿ de la almazara que han sobrevivido y que ahora realizan funciones decorativas en los jardines de las casas de al lado.
En cuanto al edificio donde se encontraba la almazara podemos decir que tiene un planta rectangular de un solo cuerpo con cubierta a dos aguas, teniendo la estructura de la mayoría de las almazaras que nos encontramos en la Región.