LA ENCOMIENDA, es un edificio simbólico para la villa, muestra de la arquitectura civil del Siglo XVIII.
Una Encomienda es una institución propia de un señorío (La villa perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén) y uno de los hilos a través de los cuales, junto con el resto de instituciones feudales, sus gobernantes aseguraron su dominio de clase y la reproducción de un sistema social.
Para la estabilidad social, además del control ideológico de la población, era necesario el cumplimiento de la tarea asignada a cada clase social, por ello las instituciones son centros económicos que perciben rentas.
Una Encomienda será, por tanto, una gran empresa señorial, un centro recaudador de la Orden a la que perteneció, que canaliza el producto global hacia el noble recaudador: El Comendador.
Fue realizada entre los años 1730 y 1731 por el maestro alarife Diego Gutiérrez, según consta en el libro de visitas de 1736.
El empleo del ladrillo, exponente de la influencia mudéjar en el Sur y Sureste del país, da al edificio un aspecto singular. La ausencia de decoración y balconaje acentúan la severidad de su alzado, confiriéndole un carácter equilibrado y utilitario.
En su interior, el piso inferior presenta una hilera de arcos de medio punto, también de ladrillo, que aseguran la estructura del edificio, mientras el superior muestra una cubierta de madera de parhilera con limas.
Fue restaurado en 1986, ofreciendo en la actualidad un aspecto algo distinto al original, pues si en la fachada podemos seguir observando el ladrillo, en el interior éste ha sido recubierto por un enlucido de yeso.
Este edificio, a lo largo de su historia, ha cambiado varias veces de funcionalidad: si en un principio fue Encomienda, como hemos explicado, durante la guerra civil española sirvió de cárcel, para terminar albergando el Museo Arqueológico en la actualidad.