La noria se encuentra situada dentro del paraje denominado La Gurulla, en una zona muy rica y fértil de Cieza. El paraje está en la margen izquierda del río Segura, dentro de una propiedad privada.
La zona en la que se encuentra la noria, históricamente hablando, es una de las más profusas en yacimientos arqueológicos, relacionados además con el uso del agua desde época romana.
Los investigadores apuntan que todo el sistema ciezano de acequias de esta zona tiene su origen en época romana ubicando su origen río arriba en la llamada Fuente del Borbotón, que es el sistema de captación de agua para las acequias de esta margen del río.
Descripción
Se trata de una noria de palas de madera, que a pesar de su abandono, se encuentra en bastante buen estado.
Su abandono vino motivado por el proceso de modernización del regadío que está suponiendo el entubamiento de todas las acequias, así, cuando la acequia de Los Charcos, que era la que daba agua a esta noria, fue entubada conllevó que la noria dejara de realizar la función para la que había sido construida.
Toda la estructura de la noria es metálica, excepto las palas, que son de madera. Consta de unos 7 metros de diámetro, mientras que las palas miden alrededor de 25 cm.
La noria recibía el agua de la acequia y la elevaba hasta una canaleta, también de madera, que la conducía a un acueducto que se dirigía a los huertos cercanos situados a una mayor altura. Este acueducto aunque estéticamente no se puede considerar uno de los más reseñables de la región, basa su interés en que se trata de un ejemplo claro de la sabiduría popular a la hora de poder superar los obstáculos naturales y llevar a cabo soluciones técnicas acordes a esas necesidades.
Los materiales sencillos tales como la piedra y la madera son la base de esta construcción que, mediante pilares sobre los que se sitúan canaletas por las que discurre el agua -con sus 3 metros de altura media- efectúa la evacuación del agua desde la noria hasta las tierras de cultivo.
El nacimiento de esta noria, como la de otras muchas ya desaparecidas en Cieza, se sitúa en el siglo XIX cuando se produce una expansión de la agricultura y se construyen numerosas norias por toda la huerta ciezana.