La pedanía de Portmán pertenece al municipio de La Unión y se encuentra ubicada en la costa. En esta localidad, poblada en su origen por gente minera, nos encontramos con uno de los complejos más importantes del patrimonio minero, el Lavadero Roberto.
Como su propio nombre indica tenía la misión de lavar el mineral, para eliminar las impurezas.
Se trata de un gran complejo situado a las afueras del casco urbano, que fue puesto en funcionamiento en el año 1957 y llegó a ser en su modalidad el más grande de Europa; en el transcurso del tiempo tuvo numerosas modificaciones, constituyendo una de las más importantes la de emplear el agua del mar en todo el proceso de tratamiento del mineral, para lo que se instaló una estación de bombeo en la misma playa.
En 1966 se amplía la capacidad del lavadero, y por tanto, en el plano negativo los vertidos al mar, que no cesarían hasta 1990, habiéndose producido, para entonces, uno de los mayores desastres ecológicos de la costa mediterránea.
Tras su cierre, los Lavaderos Roberto, se convierten en parte relevante del patrimonio minero del conjunto de la sierra de Cartagena-La Unión.
Descripción
El Lavadero constaba de cuatro grandes naves, cada una con una función concreta. El mineral tras pasar por la machacadora se transportaba al lavadero por una cinta que lo descargaba a un molino, aquí se trituraba y lo molido pasaba una zona de clasifición que devolvía al molino lo que no se había triturado bien, proceso que se completaba en la primera nave.
En la segunda nave pasaba el resto del producto a unas celdas, donde se le daba un tratamiento de cianuro y santato, produciéndose aquí la flotación del mineral de plomo.
Después pasaba a una zona llamada acondicionador, donde se volvía a tratar, esta vez con sulfato de cobre y santato, haciendo flotar ahora el mineral de zinc. Por último, en otro acondicionador se conseguía la flotación de la pirita.
En la tercera nave se localizaban tres bombas que elevaban los estériles hasta una cañería que los llevaba al mar.
En la cuarta nave se ubicaban dos tanques, uno de plomo y otro de blenda. Cada tanque tenía una bomba con la misión de transportar el mineral a la fundición. Además de estas naves, el recinto contaba también con un taller mecánico.