El yacimiento de Cabezo del Castellar se localiza en un peñón rocoso de 26 metros de altitud, al suroeste del Puerto de Mazarrón, unido a tierra por un tómbolo en formación, que divide las dos bahías que lo delimitan, Playa Grande y Playa de Nares. En las proximidades de este yacimiento, en el que se ha documentado una amplia secuencia cronológica que se extiende, al menos, desde época ibérica hasta medieval islámica y moderno, se localizan numerosos enclaves arqueológicos, en su mayor parte de época romana, que prueba la gran importancia económica que Mazarrón alcanzó durante la época romana.
Aunque las primeras evidencias arqueológicas de poblamiento en el litoral de Mazarrón datan de la Edad del Bronce (Cabezo del Plomo), la ocupación del territorio fue más intensa durante el período romano, coincidiendo con el auge de Carthago Nova y no resultando afectado por el declive de esta, ya que durante la Antigüedad Tardía, Mazarrón continuó siendo un próspero puerto comercial, ayudado por las factorías de Salazones como la del Cabezo del Castellar.